lunes, 19 de marzo de 2018

TIEMPO RECONSTRUIDO

Imagen: Pinterest







TIEMPO RECONSTRUIDO




Los orificios de la noche esparcidos en el insomnio del trueno;
en este aliento cautivo de sábanas,
las palabras reconstruyen, —en las estribaciones del hambre—,
el tiempo que vendrá sin intemperies,
será desnudez total el hilván en los ojos:
en este jornal del tránsito,
la alegría entre los labios compartidos,
no el apremio a disolver los adjetivos,
ni la humedad de los nombres.

Ahora el aliento se va habitando de girasoles negros.

Ya no puedo imaginarme la mudez mordiendo los ijares,
porque todo es de día cuando transcurre la lluvia,
el cuaderno y la tinta,
gemelas hasta la próxima estación de los olvidos.

(Sólo quiero, pese a los mordiscos del frío, continuar la marcha:
seguir viviendo en el aire de tus manos.
Aunque perviva en los alrededores, el ladrido de los desgarros
y la prisa del cuerpo no alcance a discernir las ignominias.
Nunca nos perdonamos esta vigilia abrupta de los deseos,
ni los precipicios eternizados en el suplicio.
Siempre ahí la esperanza desasida y los embustes.
Las extremas cadenas penetrando los huesos,
el diluvio de desmanes disfrazados de huerto comestible.
Sólo quiero amanecer sin pocilgas y tatuajes,
consciente del tiempo negro en mi piel.)

Dejar que ambas sombras descubran su propio estertor.

Todo al parecer pierde sus alas entre tanto incendio.
Las bodegas húmedas del pecho de donde escapa el infinito,
la reconstrucción de la desnudez al momento
de inventariar el lenguaje,
las semanas que nos imaginan madurando entre graneros.
Pese al alba, la noche y los féretros y su danza,
y este sentido de castración en el desván de la memoria.

Barataria, 2012
Del libro “BLUES”, 2012 (inédito). 140 pp
© André Cruchaga

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