domingo, 10 de septiembre de 2017

SOSPECHA DEL ARROJO

Imagen cogida de Pinterest





SOSPECHA DEL ARROJO




(Sólo por una vez) confieso el deseo de olvidarme de la bestia que me rodea y acosa: su desnudez pervertida oscurece mis sentidos suicida mis pálpitos y rocía de herrumbre y engaños mis sueños contra todo diente le pongo cerradura a los alfileres de niebla de la deshora a las barricadas sin excusa de la hojarasca a todas esas alcantarillas con las que me encuentro de pronto en cada uno de los amaneceres en la geografía del rocío no cabe la danza del horizonte a cuenta gotas ni los arrojos de tile de los poros ni las heridas viejas con nuevos gemidos mi nombre es igual a todos los nombres que andan en medio de la pobreza igual a todos los cansancios infernales de los minutos (no siempre es la misma química la de los remolinos ni la misma harina de las culpas ni la misma locura que ríe en habitaciones vacías) puedes asesinarme si quieres con tus palabras de vinagre pero sólo soy un poeta que ha aprendido la mesura del olvido y usa los adjetivos para descubrir nuevos senderos (sólo por una vez al menos déjame desleerte) yo no voy en fila india ni compro voluntades ni transito con desesperación el filo de los crucifijos no tengo fascinación por las deshidrataciones ni siquiera busco cadáveres que carezcan de una sepultura desde la infancia aprendí a frotar los ruidos y a alejarme de las pelambres nauseabundas a marcharme ante el bostezo y a quitarle lo desabrido al menosprecio: todo momento tiene su propio peregrinar el pájaro lo hace en su encendida sobrevivencia el silencio es lo más honesto cuando ya hay excesivos desánimos y por cierto el ojo necesita los dominios de la diafanidad (mejor callo antes de que la boca se desborde)  —ahora veo las certidumbres y rechazo cualquier cara desocupada mírate al espejo aunque no te veas es mejor que nada es mejor a que te atragantes con el fuelle de la desesperación: el ardor suele ser una transacción de disparates al final las ventanas acaban confinadas al frío la acritud también la resumen unos ojos engañosos algo así como la mugre en manos del verdugo algo así como la hojarasca que desfallece en la irrealidad de atravesar colillas de lujuria aquella plenitud soñada es una madriguera de ratas turbulentas un sitio donde sólo exhala el traspiés (Vos sos país mis axilas orgásmicas)
Barataria, 2017

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