lunes, 31 de julio de 2017

FÁBULA DE CENIZA

Pintura de REINE MARIE PINCHON, 
cogida de Pinterest





FÁBULA DE CENIZA





Sólo me han quedado los restos de la tormenta y la inutilidad de las paranoias y supersticiones supongo que a posteriori hay pretextos para el ardid también por si acaso para sembrar agonías de sospechas: prevalece la ruina en la memoria luego de haber sajado la geografía del tórax qué nos queda después de haber agotado el aire y el viento de piedra es incesante en las sienes se deshicieron los jardines sin darnos cuenta uno a uno el tiempo fue disolviendo las cacofonías y en un santiamén le abrimos la puerta a la pesadumbre frente al nosotros el arpón sucio de las asfixias: las pelambres de hojarasca en el rostro ahogaron cada andamio de trenes era el techo falso de los aguaceros o el desván del umbral carcomido  deduzco que siempre fue caminar a traspiés de las ventanas y que no había ya otro lenguaje más que las raspaduras: sólo el futuro nos hace saber cuánto de nosotros se perdió en la tempranía del despojo pero somos animales de un reino que avanza en la oscuridad vamos mordiendo a pausas las esquirlas hasta convertirnos en otra fotografía igual o peor a la sombra amortajada de las moscas en toda esta fábula de ceniza no hay lázaros ni aves Fénix solo mundos con escenarios diferentes: tiempos inasibles y caducos como las verduras en el mercado congestiones de pensamiento y falsos vahos sitios triviales para la autocrítica aquí temprano de las noches el ataúd del calendario y el hambre en un país sin destino como vos o como yo: nadie sabe a qué deidad rezarle ni en qué predio aúlla el aliento la impotencia y los absurdos disuelta la ternura solo tiene sentido la deriva y la fugacidad permanente de lo oscuro supongo que en adelante habrá noches y roedores y otros gritos de opacidad insaciable y otros salobres pechos para profanar la cópula de los cementerios: caen los párpados y cae el reloj todo lo enterramos aunque permanezca está la tierra que nos oprime con su historia el orden de la travesía está escrito en nuestros pálpitos…
Barataria, 2017

sábado, 29 de julio de 2017

EXTRAÑO DELIRIO

Pintura de Joan Miró, cogida de Pinterest





EXTRAÑO DELIRIO





Siempre es así la claridad o la noche: nada conserva uno de los sueños salvo la sombra y su prontuario de palabras huecas quizás las falsas promesas brotadas de los imaginarios quizás el carnaval de un sollozo carente de guarida  a veces me deslumbra el reguero de fuego en la cama y los amantes desnudos en la alta hora de la noche y el aliento abisal entrelazado en los líquidos indemnes de la siembra y el océano rojo de la almendra de las idolatrías y el grito saturado del tráfico y el fermento enloquecido del hambre: ¡Todas aquellas semanas mirándonos hondo alzados en armas confiados en la siembra! Pero ninguna labranza es definitiva y absoluta hoy ya me he perdido en el hormiguero de la zozobra en el dolmen de la orfandad como fue siempre la tumba y su alianza de ataúdes  como fue siempre la turbiedad irremediable de la niebla “lo que no es sueño” finalmente deriva en derrota lo que es sólo sombra a menudo calla igual que el nudo de luz apagado en la noche igual que en la arcilla las roturas suelen ser irrevocables el dolor siempre es un sendero calcinado de estaciones un solo dolor invariable de certidumbres (en la cercana tierra de la ceniza aquel esplendor aniquilado: el hambre y sus argollas de castraciones el paroxismo atravesado por hundimientos de resacas carcomidas antes del amanecer el grito de la deriva y el andrajo mordido por las moscas en la memoria el hierro de la voracidad y su tormenta de súbitas intemperies) día a día nos fue consumiendo la polución de la muerte y su “amor indescifrado” al punto de desangrarnos de manera inmisericorde: nadie sabe ya qué tiempo encontrará su reposo ni qué cobija cubrirá tu desnudez plena ni qué hilván sostendrá el aliento: pareciera que siempre estuvimos en el desfiladero de la última luz no de la primera sí anduvimos invisibles y sin armadura: ahora claro todo es recuerdo como el país que nunca fue nuestro salvo las tantas dudas habitadas y las extrañas heridas crecidas a la sombra de la guerra…
Barataria, 2017

viernes, 28 de julio de 2017

VARIADA DEMENCIA

Imagen cogida de la red





VARIADA DEMENCIA




Y los candiles migratorios del lecho al punto de naufragar en las aguas de sed del espejismo ya se han cercenado allí los estrépitos ramificados de la cópula la partida de los brazos es inminente como la sonrisa tributaria de los burdeles de un modo u otro recojo los desperdicios de las ventanas y la hoja súbita que cae y juega mientras tanto a la levitación de los ávidos pies del sendero frente a mí el espejo y su ardid de metamorfosis ese otro lado circundante como el caso de Jekyll y el señor Hyde: nunca sé a qué candelabro asirme ni qué otro escenario tendrá la lluvia de mis ojos el escombro saqueado de las eyaculaciones o la simple comedia de una estatua dentro de jaulas de pajarerías en el fondo ayunan vacíos los calcetines del desenfreno el olor apuñalado a sardina los explosivos viscosos de lo miserable en la urna construida a mi medida no puede dibujarse la geografía del amor sino la demencia variada de los cítricos y la copa de entrañas como una bandera derruida  nada queda de las vigas y horcones sino la ropa del martirio y la piedra despojada inmóvil del aliento nada queda de lo destinatario sino la madera pobre de los trenes y los pies escondiendo las razones del barro o la ciénaga de repente sólo en cierto el sinsentido la pluma descalza de la luz oscura o el destello terrenal de la tristeza: nada ha quedado sin cerrar salvo las costillas rotas del ajetreo la levadura contaminada de la desnudez los dientes fieros de la sombra ¿Quién sabe qué rumbo tomaría la amargura si se devuelve si se riega como escarcha en cada ahogo si se cuelga de las paredes insólitas de los desembarcaderos? Al final me sobreviven las palabras y el soberano aprendizaje de las telarañas y esos caminos sucesivos que uno no sabe dónde desembocan nadie gana: la derrota es la única victoriosa no el olvido sino la destrucción de futuro sin tener ya mucho tiempo tengo derecho a fallecer en un minuto de trenes habiendo quemado el estertor de los poros y su goteo de diccionario ciego…
Barataria, 2017

miércoles, 26 de julio de 2017

ANTESALA DE LA BRASA

Imagen cogida de la red





ANTESALA DE LA BRASA




Semejante a la metamorfosis de los tiliches esta furia de limosnas audibles en los nacimientos y las calles con la boca rota quiero desliar este dolor perenne que golpea desbordado en su locura es extraño el fuego en el cuello de la pupila extraña el ala en una cobija lánguida a veces solo el espejo descifra los miedos en la copiosa estatua de las mortajas en medio de los témpanos de una tormenta inenarrable: advierto la tempestad sin pararrayos y la castidad de la llaga que apuntala el aliento siempre me invade la conciencia urbana de las aceras la oscuridad penitente de los absurdos a veces solo la herida sin cauterio en el muro de los sepulcros siempre está presente el escalofrío con sus puertas a punto de la huida y de sajar el ijillo de la brizna  cruzo las monedas sórdidas de la entraña: la carne entonces con su dolor de precipicio calcinado entre tantas concavidades lo insólito de la espuma la extraña luz del pájaro y la manera poco decorosa de morir de las moscas en una mesa infestada de delirios hierve lo hosco en el infinito de las ventanas: hay portales de pesadillas hasta el punto del grito o las plegarias del fermento en una noche de aullidos  en la antesala de la brasa la belleza y sus dolores de parto el búho de sal en las axilas o la lengua sobre un féretro todos los cuerpos desaparecen en la noche ciegas las mutilaciones gotean ojos de rotaciones amarillas caen desde el desvanecimiento de la frialdad: oscuros puentes de telarañas entre piras sostenidas por la dentadura de la ruina ahora sé que en la lengua ciega de los ceniceros existe una paciencia de colillas y una perpetuidad de hastío desnudo en mi lucha por esquivar la porfía de los mausoleos pierdo la noción de las calles y me adentro a la tierra: allí crece el fragor de lo remoto y el silencio lo perpetuamente cambiante del filo de la entraña…
Barataria, 2017

lunes, 24 de julio de 2017

PRONTA CENIZA

Pintura de Robert Motherwell, cogida de Pinterest





PRONTA CENIZA




Nunca mencionamos las heridas que producen el olvido y el alfiler de andrajos de la boca y los extravíos que oculta la noche: envejecen las infancias igual que los caminos resultan un poco siniestros los brazaletes de polvo colgando del pecho lo mismo que los tahúres que trafican con la esperanza a merced de tanta cicatriz de semanas de cascajo y piedra pómez ¿En qué lugar dormimos a fin de que el corazón guarde su mesura? ¿En qué sueño uno puede escapar del paraguas ahuecado de las armónicas y de la ropa exagerada de las mentiras? Un caballo de dolor rompe los cristales fríos de la sombra el drama araña los cuerpos tibios de la muerte y atraviesa el subsuelo sin contener sus dedos mutilados en las bisagras de la burocracia solo cuentan los juegos perversos de los peces a pequeña escala y las migajas como colosales tambores los bolsillos se arrepienten ante la escoria de los centavos: el sudor no sólo empaña los ojos sino también las manos y sus cansancios en las arrugas mortecinas de las ojeras siguen siendo válidos los amuletos a la hora del desayuno el perro enroscado en su bostezo de paladar agrio en el desfiladero del zambullido lo fúnebre siempre resulta abominable: en las extremidades del país las castraciones tienen vida propia tanto como la vigencia de la vida ciudadana tanto como el humanismo de la apariencia tanto como la estupidez de la inocencia dentro de la concentricidad de la vena rota los tristes monumentos a las palabras furtivas o la risa desdoblada de una ventana o las calles con su monocromía de imanes y apetito a la hora de la desmesura (vos) en el tropel de lo pútrido al límite del mimbre oscuro de los estribos la progresión destruida del tiempo en el lugar de los líquidos seminales la cercanía de gargantas moribundas o la pronta ceniza en la rotación del destino: en el tren de la mirada lo legumbre del tizne sobre las cortinas de la sed a menudo uno anda esos caminos presentidos como el amor profundo: lavo mis manos y pies y ordeno la cobija para no quemarme en los recuerdos…
Barataria, 2017

sábado, 22 de julio de 2017

PATIO DE RESIDUOS

Imagen cogida de la red




PATIO DE RESIDUOS




En el fogón paralítico de las córneas el frenético reojo de los desfallecimientos el casco de los clavos agonizantes la polilla hasta el cuello de las tentaciones a menudo los recuerdos son apenas anteojos tísicos de un castillo de naipes a merced del viento: en los pies naufragamos de púas y de geografías donde abaniquean los estornudos del hueco yerto de los maniquíes me resulta extraña la pérdida del alfabeto con sus curvas de sordo sexo supongo que siempre es así cuando la ceniza se desnuda en las manos y en el ojo ya no caben las fotografías halagüeñas  esas que engendran absurdos en el pecho: mientras se extingue lentamente el paraíso voy también acumulando las deformidades de la rotura leo los desteñidos muñones de la mutación las lápidas de musgo de las orillas las burbujas milimetradas del subsuelo tan cercanas a esa otra ciudad de lo oscuro: toda cercanía es un envoltorio dejado en los andenes visible en lo efímero de los adioses real como una de las tantas formas que posee la muerte hoy en día en el territorio de lo innombrable no queda nada solo los manuscritos de la noche y el obstinado patio de los residuos  por cierto siempre está presente la sensación de que el umbral es luz tardía forma indecible de la sombra la luz al fin y al cabo es otra cobija con sus deformidades otro baile en declive donde amanecen quemados los jardines las aguas notariales de la herida el galope de hastío del suspiro todo es madera incinerada atrozmente se parten las aguas mientras andamos las cuarenta lágrimas como residuos de todo lo andado tirados los ojos al sonambulismo de las osamentas se precipita el cántaro roto de la muerte con sus brazos de infiel litoral: todo expira tras los despojos propios de la masturbación de la sumergida  incandescencia del pez tras el éter imperioso del cuerpo  si alguien sobrevive de seguro tenía doble espejo para respirar…
Barataria, 2017

jueves, 20 de julio de 2017

ESCRITURA DE LA HUIDA

Pintura de Herve Lenouvel, cogida de Pinterest





ESCRITURA DE LA HUIDA




Disueltas las linternas del azogue nos queda la fauna del sollozo y el carrusel de la tormenta con todas sus inocencias a veces solo cerramos los ojos y nos echamos a andar: no hay contraseñas para todo lo que fueron cortando las tijeras ni retorno para suturar la herida ni un aquí que vacíe todas las oscuridades acumuladas quizás la mejor moneda que nos queda es el tiempo y su paraguas de agua cualquier impostura es sólo acechanza precipicio vértigo  sé que las devoluciones carecen de la misma tinaja salvo las manos arrugadas del espantapájaros tampoco el desvarío tiene la misma fiebre derretida: en la ventana el olor jorobado de las ingles  el país a punto de enterrar la sed o el aburrimiento que provocan los crepúsculos descalzos del paralítico fuera de los ojos o dentro de ellos el vasto río que debemos cruzar encorvando cada uno de los pensamientos jamás he podido entender los maullidos de la herrumbre y la cancelación anticipada de la primera vez jamás pude entender los vertederos y su predominio de largos golpes en las fauces desangrada de la flor todos los amarillos desandados del jadeo el dolor al cabo de lo humano  También hay difuntos en el contraste de los paraguas y palabras muertas como la escritura en el vacío y puntos suspensivos en un territorio caduco de miradas benignas debajo de la altitud me veo en ese mirar de los jardines sin brazos mañana habrá crecido más el desabrigo tan cierto como la sexualidad póstuma es horrible el rostro del tizne también lo son los tardíos arrepentimientos el pez y su gris coagulado el antesueño en lo no visible de los esqueletos: juro que transcurrida la tormenta la niebla no es igual como tampoco es igual el adiós irrestañable (no hay reconciliación cuando la ternura ha dejado de ser artículo de primera necesidad: empezaste a morir en mi boca al tiempo que recordaba sueños y palabras y a esos comensales enloqueciendo en las esquinas como memoria de la noche)…
Barataria, 2017

martes, 18 de julio de 2017

VACÍOS DESIGUALES

Imagen cogida de la red





VACÍOS DESIGUALES




Caminamos en los vacíos desiguales de los sótanos entre un hueso y otro hueso de carcajadas ahí nos golpea el vertedero del tiempo y la rebeldía natural del cuerpo a cada sepultura le damos una memoria irrevocable el olvido es para las madrigueras del vaho para esa otra mitad sagrada de la posteridad: debajo de los andenes también hay ídolos y altares y vitrinas de viscosas parodias otros desagües no corren la misma suerte el ciprés del sendero gotea en el aliento tumba las palabras que pare el desgarro la entraña de caballos  del polvo o la tinta desparramada en los intestinos la mugre congela las rendijas de la media voz de las astillas entre melancolía y desfachatez me quedo con mi boca masticando la llovizna quemada del augurio: siempre me salpican los alfileres de la congoja y esas aguas de desabridos yogures el sorbo de liendres tiene su propia encrucijada: recuerdo las múltiples caras del vejamen las palabras en su juerga de piel las palabras tortuosas de un lanzallamas sobre el tórax quiero la lujuria de la parsimonia y el desorden del tropel sobre la lengua el extraño mundo de la levadura haciendo lo suyo sobre los muslos del sinfín quiero un petate para contarle las ausencias y reclinarme en los cuchillos de la impudicia juro que el sudor no pasará a las encías ni la sangre perderá su dureza (recuerdo por completo la misericordia de tu cuerpo bajando o subiendo o muriendo despintado fatídico en su desmesura benévolo y descomunal en gritos y ebullición sobrecogedor con su piel núbil) nadie puede entender esa partición de ojos tampoco deja de ser luz el laberinto esta copiosidad de lo viviente: dentro del sueño existe por supuesto la melancolía el hilo del peregrinar de la decrepitud o el intrincado laberinto de Ariadna y Teseo
Barataria, 2017

lunes, 17 de julio de 2017

ESTADO FÓSIL

Imagen cogida de Pinterest





ESTADO FÓSIL




Encima de los barnices encaramelados  la demasía de los tormentos los siempre disimulos y los andenes tratando de ocultar sus hemorragias los irremediables repellos de las paredes o el negro relieve de los gemidos: me estremece la desesperación de los juguetes y el candor de la quina y las cobijas queriendo desasirse del sudor y los ojos carcomidos de los retretes y la suerte de conocer tantas historias penosas y la indiferencia del pequeño mundo donde asilo mis confusiones siempre me cubre la rama de la angustia en estos días en los que mis pensamientos pasan al estado de fósiles: acuno por supuesto mis antinomias mientras deshabito la hoguera de mi tiempo mis encierros picoteados por la hoja de hollín de la historia (hoy ya no tocas a mi puerta ni me traes la luz del despeñadero ni la explosión del cráter para desollar o desclavar el calendario de la humanidad imperiosa del cadáver)  a media asta la hostilidad del combate y ese río irrevocable de la indiferencia: me avergüenza el harapo agrio de mis palpitaciones la ardua pobreza de hijo pródigo es terrible el ala plomiza del plato vacío cuando veo la tierra deslizarse a través de la puerta del grito velar los goznes de la resistencia y no encontrar sino lo inagotable del vacío la liturgia de la salmuera y su incurable decrepitud: en los quicios de la demencia cuelgan relojes de desangrados perros y calles descarnadas en sus afueras en el reverso de mis incoherencias las palabras desmoronadas del cascajo y el ala de la esperma sobre el cartón salpicado de magulladuras  no puedo deshabitarme más y desandar mi espejo húmedo de tiempo en cada grieta hay un sol de ausencias opulentos adioses oscuros partos que me devuelven al tropezón de mis pensamientos nunca fueron fáciles entonces estas cuarenta sombras de la vendimia ni leer las sordas huellas de tus manos al pie de una trinchera de miedos: en la caída el polvo atroz del grito los siempre damnificados y los que mueren…
Barataria, 2017

domingo, 16 de julio de 2017

HILVÁN A CUENTAGOTAS

Pintude Antoni Tapies, cogida de Pinterest





HILVÁN A CUENTAGOTAS




Todo sigue ahí en el ventanal del almanaque dentro el grito de la encrucijada de los acueductos en el mudo andar de las muletas quizás en la violenta claridad de la noche y sus eructos: hay una única nostalgia en mis pensamientos: el pájaro de frío de los nombres y la honda desnudez de los senderos en lo alto de los sembradíos el espantapájaros roto de la infancia desvivida y los delgados hilos del drama de los ciegos que va quedando en el contratiempo de su brújula después de todo la ceniza tiene rostro fatigado como los comedores amurallados por candelabros un esqueleto de arco iris se vislumbra en las alcantarillas: seguro que son las sastrerías del insomnio o los fósiles hirvientes del hilván a cuentagotas de los sueños de las esquinas  como muchas cosas no me sirve la almohada ni los crucifijos de sombras en el umbral ni los pluviómetros en un cielo vacío no me sirve el terror de los dientes ni la piedra pómez de los acordeones ni las ferias gastronómicas del silbido mucho el remordimiento frente al desengaño tiritan los espejos suicidas de las confiterías las agujas del murmullo de una habitación a otra la sed que inusitadamente se torna caudillo frente al vaso de sed  en la deshora uno piensa en el país y en el cíclope de los deseos carnales: se desabrigan las calles y los telegramas del invernadero y el trino que se olvida de los zapatos vuelve el ojo a sus juegos mientras el limo eleva su caudal la historia es así para recordarla aunque uno presuma de pudor y disimulen al cabo las desproporciones ya se sabe que la luz es una aguja en las pupilas y la anatomía de los cadáveres puñales para sintonizar la demografía me devastan todas las castraciones que propicia la violencia pero también la beatitud inconfesa: me doblega el maullido vertiginoso del vivero exuberante de la rosa y su desazón de fetiche…
Barataria, 2017

viernes, 14 de julio de 2017

VIAJE DE TRASTORNOS

Pintura de Gérard MURSIC, cogida de Pinterest





VIAJE DE TRASTORNOS




En un sorbo de sueños oscilantes giran las llaves corporales alrededor de la puerta donde acechan los aires pútridos de los mercados: cada día es una comparación interminable de lo que uno no puede explicar mientras los pasos sean la sombra de la noche y el juego de abanicos y medias lunas de diademas muerdan el tren breve de las ventanas alrededor de mis ojeras se enrollan violentos ríos de acefaleas fotografías sepia del granito minutos de extremada locura me abofetea la sobremesa de los platos los juegos aventajados del vinagre y todo ese vértigo del espejo en mi saliva  a ratos todo lo que nos parece insaciable es espuma u odio torpe del tintineo de mi propia miseria debajo de un paraguas no caben todas las vestiduras ni el giro gozado del horizonte cuando oscilan en el entrecejo los quejidos en la teoría del columpio de los ojos se amortajan los brazos resultan exhaustos los periódicos cuando se circuncidan las ruedas del sinfín la deriva de la niebla y las pupilas rotas de los balcones en algún sitio es mejor despertar de la mano de los olvidos justo en el país que dispara telarañas tropezones y jarabes de felicidad siempre es gratificante ver esa fila espesa de la niebla sin que vomite al término sus propias lejanías después de conocer el fuego se me agriaron las entrañas con sus pliegues líquidos de vinagre no me es extraña la herida de ciprés que llevo en el aliento ni el pájaro de sacrificio de las alcantarillas ni el itinerario de las aguas negras ni el sudor de mis remordimientos colgando de la piel mis zapatos se aburrieron de tanto desgastarse de andar enredados entre el moho y la mudez  supongo que mis ojos no escapan a ese vacío que olí en el desvelo…
Barataria, 2017

jueves, 13 de julio de 2017

ASOMBRO DEL EXTRAVÍO

Imagen cogida de Pinterest






ASOMBRO DEL EXTRAVÍO




Su voz solo Su voz y mi infancia que se desmorona cuando regreso a ella: en la mirada se queman los horizontes tanta el olvido y su estatua de amante en alguna esquina del viento hay lenguajes confundidos y sombras de granito que desafían a los ojos y ropas que uno dejó atrás del imposible croa el frío en la covacha del tórax en el alto oído de los ecos se acumulan las fogatas de la noche y sus cruces o la lucidez necesaria para no trepar al árbol donde anida el cuervo siempre los anhelos resultan inexactos para ascender o abrir la caja de aire del tiempo toda la luz es lo discontinuo de la oscuridad todo sollozo irrumpe con su propia identidad el agua infatigable de los pequeños mundos desvividos desde la furia heroica de las palabras desmoronamos los ahoras y cuanto de fúnebre tienen los cementerios sobre el cadáver difuso de las perturbaciones los candelabros diagonales de las ventanas las noches inmóviles de los cántaros: todo aquello a lo que se juega gira en torno a las deslecturas de los sarcófagos en cuya lápida uno le agradece a la posteridad nunca aprendí de memoria las congruencias sino el nexo de las sombras con el aliento esa ilusión de conciencia que uno tiene con las erratas o la alma marea de la agonía colgando de un muelle a ratos la mirada se enfría de tantos nombres de tantas pastillas jarabes ungüentos pócimas que siega la curva del umbral cualquiera sabe que es leve el corazón y perenne el asombro hasta el punto de perdernos de quitarnos la ropa y el alma pero en fin nada importa el extravío es solo una manía de no estar aquí un vacío que bien cabe en lo insepulto de las palabras o en el rosario de ceniza del remanso uno acaba siendo  ese nunca del que nos hablaba el poeta en su “pasado efímero”
Barataria, 2017

martes, 11 de julio de 2017

LITORAL DEL SUEÑO

Pintura cogida de Pinterest





LITORAL DEL SUEÑO




Todos los litorales del sueño son de sombras como el candil apagado de las tormentas o el tizne quemando las calles del tórax: ante el pozo de los ojos los espejos de luz ciegos de los recuerdos los días semejantes al mimetismo violentos a veces como cierta historia inabordable semejante al arco iris la silueta ahogada en el rostro en cuyo boceto el eco transfiere los páramos disueltos siempre los falsos estupores y las monstruosidades nos acechan es terrible despertar entre insomnes derrumbamientos justo en los costados de lo implacable: todavía laten alrededor de los párpados las pestañas ciegas de los objetos y el porvenir sin ninguna garantía desde su cabeza de hambre escucho las colmenas ahora intermitentes sobre el alacrán de sed del cuerpo en el murmullo de los fósforos todo el castillo de naipes de los ríos proféticos y ese abandono sin reserva de los jardines prefiero ante las miradas diferentes solo el ala sin idolatrías quizás el derecho mío a la libertad aun cuando me tatúen los peces con insectos en la boca allí en el vapor del pájaro los dientes como espadas en los imanes del viento los ecos y sus giros atrapados en las sienes las aguas rotas desprendidas de la piel o las miradas como facciones de la espuma de los cuervos su color vedado de los jardines sin ninguna luz en curso para pronunciar los sueños: ante la lágrima insólita de las semanas se aprende a contemplar las escaleras y las palabras más oscuras de las pupilas y la forma en suspenso de los árboles y el vilano de voz del tabaco desbordado en su propia existencia en la postrera gota de luz empieza mi corazón a adelgazarse: desde la punta del silencio los pensamientos y su fosa el dilema del misterio disuelto como ese oleaje que abre el pecho y se adelanta a la desnudez…
Barataria, 2017

lunes, 10 de julio de 2017

ESPEJO A TRASLUZ

Imagen cogida de Pinterest





ESPEJO A TRASLUZ




En una voz de cansancios las córneas deliberan sus propios ríos de agua ciertos espejismos desvían el parpadeo y las dobles ruedas de los ojales y los vértices quemados del aliento en su prófuga ceniza de arterias ¿quién sale del estupor con un beso a ultranza defendiendo los sexos destrozados de la sed? Supongo que el decoro nada tiene que ver con las adivinaciones que destejan el humo de los fermentos el entresueño insomne del páramo a veces las mordeduras aunque se aplasten con la ropa son visibles y en ello no hay virtud sino malabarismos tendenciosos mirada de tedio y hastío en todos los sueños existen mundos oscilantes separados o unidos a la escarcha como los objetos ávidos de gritos como las salamandras con cobijas de mimetismo como la mirada en exceso de un desierto negro uno se cansa de las costras de tortura hacia el grifo del pespunte de la garganta también de la falsa erudición de los veleros en un mar de lenguas desproporcionadas: de pronto sólo me preocupo por transcurrir no tengo prisa: la gaviota del tiempo es inmensa y cada quien es libre de morder sus propios relámpagos: la velocidad no tiene nada que ver con los guantes ni el hielo de fuego que funde las catástrofes en un dedo la sombra de los imanes y la superficie de los sueños si alguien desea la embriaguez ésta no viene con pruritos de narcóticos ni con el pasto húmedo de los ilusionistas en la hora colosal del poema hay descensos y corrientes (el que se atreve necesita garras no poses) y silencios que  ahoga la tormenta el estanque es sólo colillas y nicotina un gran vertedero de extenuante hojarasca (para aquellos mi amor y ese árbol de sed y ese tifón de luz esparcido en las pupilas) cada quien brilla como puede su trino no depende de la pólvora china ni de los zaguanes sórdidos de medianoche…
Barataria, 2017

domingo, 9 de julio de 2017

DOBLECES DE CONCIENCIA

Pintura de Wassily Kandinsky - "Quiet Harmony", 1924. 
Cogida de Printerest.





DOBLECES DE CONCIENCIA




Todo permanece en equilibrio hasta que se rompen los límites visibles de las bicicletas o esos espacios donde sestea el tiempo: en el cáliz negro del carbón la sumisión ensangrentada de las colillas y el ronroneo último del humo como si se tratase de una sed interminable voy arrimado a los rincones de los andenes acostumbrado a dormir en la última hora del agua turbia de los jeroglíficos a veces es extraño el tránsito desordenado de las hormigas lamer las grietas de los deseos fenecidos permanecer menesterosamente en los tropiezos siempre la fetidez resulta infame en todas partes yo feliz de vomitar lo estrafalario de los maniqueísmos el acecho que olvida las palabras dulces la falsa comodidad del taburete la ventana del presente con todas sus melancolías yo cuerdo de voces sediciosas de certidumbres destronadas del reino de lo creíble basta de dobleces de conciencia (me digo) dentro del disfraz eran exhaustos los mingitorios las sucias heridas sin cauterizar: no soy objeto sexual ni bisutería ni hostia ni boca para ensalivar plegarias de oscura geografía soy ciego hasta donde me es posible ver el horizonte alrededor el amor no deja también de ser una amenaza para la claridad claro en el lecho flamean los cuerpos tal vez porque la desnudez es otra manera de ver al país entre zarpazos y extrañas quejas después uno sólo procura sobrevivir aun con la yugular rota con todo el luto mudo de las noches con todo el odio que se lleva en el pecho siempre supe de los dientes tardíos anudados al disimulo pero claro cada dentellada es una nueva escuela supongo que el disfraz tiene algo de suicida o en todo caso al final es pútrida sustancia de un río de callejones sin nombre valgan después de todo  los pespuntes o el hilván para el olvido: ciertos juegos estorban el aliento ciertos portafolios inmundos de falsos equilibristas en fin espero que la lluvia haga su trabajo y la limpia borre los extravíos (no es milagro este brasero de sombras solo la noche y su dolor de carne)
Barataria, 2017

sábado, 8 de julio de 2017

DESCREIMIENTOS

Imagen cogida de la red





DESCREIMIENTOS




En la extraña furia de la orfandad entre horrores y desperdicios usted quiere que yo le crea el cuento y trata de convencerme de esas extrañas palabras que zurcen el aliento y hacen terriblemente oscuro el día sí usted se violenta y quiere darle calor al frío pero sé que no es tal sino  una falsificación de la conciencia quizás ha vivido alrededor de muchas espejos y ha agachado los ojos demasiado tiempo entre muñecos y brebajes arde el fuego y chorrean osamentas del tejado entre fetiches y zopilotes los redondos minutos de la urgencia la tartamudez como dentro de un cántaro oscuro y mientras dispara sus propios engendros baja el aire húmedo de las axilas: parece que la lluvia zozobra en medio de los pañuelos fríos de la noche parece que las paredes no detienen este drama onírico recuerdo los litorales rotos de los malos engendros tampoco sé si es el mismo ardor de los tejados a lo largo de las semanas (Es triste al cabo la ebriedad de hoy inexplicables los ojos debajo del cuerpo menguados los lugares transparentes por cierto descreo de los mapas con migajas y de las servilletas infladas de solemnidad a veces sólo quiero aniquilar el grito que me persigue como un antiguo verdugo ser yo y mi hambre sin que deba rotar al unísono con el mapamundi llegado a estos vientos de deshora tampoco entiendo la perversidad de los catálogos y ese rictus consumido del insomnio siempre dispuesto a llevarse al sarcófago donde aúlla el crepúsculo sé que uno puede parecer estúpido ante el medio tizne de las puertas o aliados de los agravios que cometemos siempre es extraño irrumpir y callar envenenar sin emolumentos rumiar día y noche hasta el ahogo me doy cuenta que el asco no tiene rostro sino un almácigo de sombras y dispositivos que la razón no entiende) de niño no le veía los agujeros al horizonte…
Barataria, 2017

viernes, 7 de julio de 2017

ESPASMO

Fotografía Sandra Ledeska Apablaza Muñoz






ESPASMO




Harto de estar aquí dentro del cántaro confuso del sosiego harto de morder los absurdos del rechinar de dientes de mí y del espasmo seco de mis pupilas harto del presente de fiebre y su siglo de embudos: ruedan los precipicios del crimen en todas las comarcas del olfato cuando uno anda entre muladares ve la otra cara de la moneda las turbulencias clandestinas de la perversión y esas falsificaciones menesterosas de las vitrinas: relumbran por doquier los analgésicos del espíritu santo y los pies despojados de zapatos y los corazones enfermos de horas y gritos en la voz interior del fermento pasan inadvertidos los mártires del pasado y las sandalias de saliva de lo remoto y el sabor a hueso de los maleficios en la viga del éxtasis los fósforos asumiendo el surco de la entraña y las bellas muchachas áureas como un alud de fuegos prodigiosos y las bellas muchachas hundidas en mi aliento como soles vivos atados a mis sienes y las bellas muchachas regocijadas en mi aliento frescas tan frescas permeables tal el país que uno anhela en medio de la niebla acuden al encuentro las extrañezas de la voz mortecina del confín las bóvedas murmurantes y los escaparates de la hojarasca y las hileras secas del ansia de nuevo pienso que para sobrevivir es necesario no leer los periódicos indignarse frente a otras bocas amoratadas caminar en desconcierto de la piel  escribir sin testigos en el frío morder las paredes de la lucidez y acechar en el infierno hasta derretir todos los desamores de las inclemencias alguien de seguro espiará en el riito de las eyaculaciones con cierto desmedido deseo: en el corazón corrompido no hay límites para las defunciones del cuerpo que desvanece sus fantasías más atroces  cada quien desparrama sus lloviznas y suda dentro del tejido de las arañas que están copulando y se tortura dentro del otro lado de lo insólito al final los años siempre nos parecen escasos para las pupilas: disuelvo en mi paladar el vaso de agua de la penumbra
Barataria, 2017

miércoles, 5 de julio de 2017

EXTRAVÍOS

Imagen cogida de la red






EXTRAVÍOS





En el cadáver de los techos de repente las líneas diagonales de la tinta las paredes enredadas en la luz como una silueta de ijares desencajados: allá en los abanicos inmóviles del absoluto cruza almidonada la noche con su feria de cántaros rotos y primaveras degolladas como los veleros mutilados de la espuma a veces es lánguido el caballo de saliva que atraviesa la garganta perros amarillos jugando a la infancia confusos trapos en el despeñadero de la memoria a menudo me da por pensar en las autopsias de los trenes y el dolor siempre en los costados acaba con la buena suerte: las costillas rotas de la neblina o los extraños senderos del yo con sus capiteles de páramo en la sombra interno mis abandonos las ilusiones gastadas en el pavimento las marejadas de muelles en desuso en la brisa ciega de los bolsillos los pañuelos pudren la sal ese traje con curvas del sollozo esa trama indecisa que flota en la silueta de los cipreses nunca estoy vacío del vestigio de los pájaros cuando éstos se internan en el óxido de mis ojos más allá de los cuerpos arrojados al pozo de la noche sumergido el rostro en los dardos carezco de arco iris y candiles salvo de vacíos porque éstos prolongan las horquetas de lo interminable desciendo como lo hace el hambre: en todo el alarido de vigas la mirada tuya de olvido ya no sé escribir lo visible si acaso la tristeza y sus comensales si acaso los difuntos y sus deudos si acaso la estatua vagamente dibujada en el trapo degollado del ansia siempre son puntuales las horas que uno no desea recordar por cierto yo pertenezco a los extravíos como los tantos objetos húmedos de las cunetas oscilo entre sofoco y tempestades y sonambulismo al final no sé a qué ebriedad pertenezco ni qué muertes calman mi fiebre ni que boca ocupa mis confusiones vos sabrás qué hacer con el ruido de mis osamentas: ardo de ásperos gozos con mis ojeras te terrible lavabo…
Barataria, 2017


martes, 4 de julio de 2017

PORMENORES

Foto de Яick Harris, (Sunset Cottage) 
cogida de Pinterest






PORMENORES




Mientras declinan los muelles en la neblina duelen los pormenores de la brasa de los ojos frente al espejo nunca falta el rincón de los desmayos y su antaño borroso en el aliento las rotas conversaciones de las manos el cofre tetelque de las premoniciones entre los ahogados grises de las cavidades insondables del suelo raso en las esquinas ovaladas de las armónicas cambian de lugar los tropezones y el caballo ensalivado de los tumultos y los mugidos incesantes del asedio de las moscas: todo está ahí como el desnudo entelerido de un pez opaco de eternidad y uñas envuelto en la vacilación de la ternura desmenuzado de sal como el sollozo hirsuto como los cementerios de los chiriviscos en medio de los semblantes mudos de los escapularios la mendicidad a cuentagotas de la penumbra o esa sombra marchita vehemente del aliento hacia el apetito de la herrumbre los días contados de la estatura de los ataúdes ellos arrecian en los troncones líquidos de los calendarios muerden la diadema de espuma de las habitaciones Wall Street o Dow Jones cada una metida en las costillas de las estaciones (recuerdo el follaje de su muelle atardecido el sendero de pájaros y campánulas la abeja del pálpito sometida a los ecos su atrio de nostalgias húmedas) siempre duelen los enjambres aunque se vean de soslayo toda la noche es insaciable en su espejo amortajado en su depósito de trastornos y desfachateces en su bacinica de peltre amarillento donde golpean los desdenes todo el disfrute cabe en los párpados de la sobrevivencia en esa paranoia del cuerpo onomatopéyico hasta hacer disfuncional las inclemencias al final se calman todos los demonios aunque siga sin ropa el sonambulismo como un tatuaje de encarnizados ritos
Barataria, 2017


lunes, 3 de julio de 2017

PÁJARO RESIDUAL

Pintura de Maria Pederson ~"Pacific Overflow"
 ~ acrylic on canvas, cogida de Pinterest.





PÁJARO RESIDUAL




Arden en lo perenne los escombros del viento y ese alarido que cuelga de los retretes con su espejo de pájaro residual mientras escribo la humedad engendra pétalos imposibles ciegos paraguas en la aureola de la carne ciega luz consumada en los poros hasta el punto de lo impalpable: hay lugares donde aturde la camisa de fuerza de las bocinas ahí la acequia de los urinarios y el mal agüero de las arrugas y las bocas negras del aire nublado cabalga el sonambulismo en el patio trasero del embrutecimiento lamo las javas de cebollas de las calles y esa brasita mañanera de las ingles aprieto mis miedos además de la cuchara del espantapájaros con voz oscurecida y manoseado  por la clientela nunca he entendido la diferencia entre la cama de pitas y el petate ni el ojo mirando los minutos del cántaro bajando sin trastabillar a la hendidura del césped regado por el ansia la cajita del fósforo fermentado en los sueños las dos medias lunas de los minutos hilvanados con la saliva del jadeo desde siempre cierro los ojos frente a lo estrafalario nada queda después de cruzar la calle y darle guiños a los semáforos a los pedazos de cinta amarilla que resguardan las escenas diversas de los crímenes de lesa humanidad sí me distraigo limpiando los anteojos  desespero en el ataúd de la rosa cuando me cubro del polvo de los roperos y sobo el güegüecho sin romperse de las palabras para qué pensar en la ambigüedad de la vendimia en el trasero enrollado de los almanaques en los cuchillos del desmayo sobre mis brazos entonces sólo huelo la  orilla de las aguas el antesueño de la sombra y su calavera de fuego resbalo en el talud de las impertinencias empapado de objetos inservibles harto de semanas vacías y cobijas con ojotes de cicatrices ya hace tiempo que duele la mazmorra prolongada de la sed y su manida reiteración de monocordes
Barataria, 2017

sábado, 1 de julio de 2017

FERMENTOS CORROSIVOS

Pintura de Ricardo Galán Urréjola, cogida de Pinterest.





FERMENTOS CORROSIVOS




Siempre ha sido miel sin embargo esta agonía de las semanas la sombra que se abre perdurable en la sangre o el silencio de los trenes al que uno nunca renuncia o el nudo de nostalgias que desangra el aliento la ceniza lame de puntillas las palabras hasta la gota de agua que cruje en los calcañales la historia acaba por adueñarse de los vacíos de los peces adhesivos de lo ineludible de las esquirlas corrosivas del crimen o del asco fermentado de los prostíbulos adoro el polen deseado del delirio la desnudez azul de los litorales el ombligo de ascua de la desnudez sin restricciones el trino corroído de las cloacas y esa seducción de rascarse los pies me conmueve el histrionismo de las telarañas igual que el aserrín pantanoso del paisaje tu sexo de almidones y la caja de pandora del hastío en los cascos del hambre hay esa suerte de esperanza en tus ovarios: hablo de trasnocharme velando la cuarentena despiadada de la fiebre (ecos olvidos en el fondo reumas y ojos baldíos y ventanas calladas de olvido) atravieso el lomo del aire con una estación mutilada de cronómetros entre todos los deseos está el súbito alfabeto de los ijares la solapa de la brasa los huidizos zapatos de los transeúntes en medio de multitudes ensordecidas deletreo las paredes con insectos obscenos enfilo mi vista en la delgada rama del pájaro copulando en el perfil de la penumbra contabilizo las múltiples desabotonaduras de la calle el sudor soterrado del miasma voy aun guardo las prescripciones reconstruidas de la melancolía en aquel hueco de la escritura muerta (en el fondo siempre me detengo a ver los matices de la aridez a efecto de escribir mi próximo poema) por cierto el sosiego es irreal cuando advierto la carne inédita del alba
Barataria, 2017