martes, 21 de marzo de 2017

BRUMAS CARCOMIDAS

Imagen cogida de la red





BRUMAS CARCOMIDAS




De cierto que son horribles las osamentas en las fosas nasales horribles las incógnitas del espinazo voraces las ventanas ecuestres de mis ojos implacables los manuales de cementerios en mi aliento urgentes los fuegos del infinito que uno acaba haciéndole cuadritos al horizonte pintándolo de sollozos de almas puras y enredaderas —en los animales sacrificados del costado alineo mi escritura a los clavos de olor y forro de fármacos la pared o el espejo ese otro rotundo infinito masticable todas las penas se me acumulan en las poluciones se aglutinan los tóxicos fermentados de excusas de a poco las rebanaditas de olvidos y la terrible algarabía de moscas y los clásicos decorados de la insidia quiero firmar un nicho como la paz con todas las aguas verdes de las cabuyas con toda la tierra esquiva de mis zapatos —(vos casi beata mordiendo mi petate los sintagmas de las uñas el ruidito de pánico  cuando la navaja hechiza todo lo postmoderno que tienen las lítotes en los codos a veces uno mata la alegría con los dientes nunca los tejados tienen esa larga dimensión de la lengua ni es monumental la inocencia desvelada en el cuentagotas del gateo)

Uno se ríe de la náusea y los ridículos de la forma extraña que tienen los pedazos de la historia nuestra uno quiere lavativas para los pájaros de la herrumbre y tornillos para asir las nubes celestiales después de todo el humo no cesa se enreda despiadadamente en la cresta cavernosa de las ojeras en el fondo nos salpican los gritos de las ramas y esa otra lluvia irreparable del sonambulismo

(Es sólo cuestión de tiempo para lamer tu ombligo y hacer cometas en los eucaliptos y quitarle el hollín a la tristeza)…
Barataria, 30.I.2017

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