martes, 9 de abril de 2013

OSCURAS INCÓGNITAS

Imagen cogida de la red




OSCURAS INCÓGNITAS




Avanzo en el ataúd, ¿quién me lo impide?  ¿Me alejo o acerco? No lo sé.
Respiro —no lo niego— con cierta indiferencia, ¿es supervivencia
o peculiaridad? —Avanzo cortando las hebras de la entraña, el lado oscuro
del grito en el pedestal.
(El coágulo de los sueños me empuja hacia el lado oscuro del nicho.)
En todos mis dominios mentales aúlla la intemperie, el hambre
de las alimañas, la brasa oscura donde se quema el cuerpo, ¿es inocente
a estas alturas la mensajería del viento?
(todo el sudario es una fábula de ardiente herrumbre) el rumbo terco
de la nada, el naciente estiércol a orillas del olvido.
a veces, sin más, se rompen las banderas de la saliva, ¿es, acaso mi propia
cárcel esta pared de la inclemencia,
la cicatriz de la ceniza que gime en las ventanas?
—Al final, creo que todo se resume en la savia de la muerte: en el metal
de la neblina, el clavo de la orfandad, la pita agónica del aliento.
(En la desfloración del mendrugo, el entresueño de la fosa.)

Barataria, 09.IV.2013


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