martes, 30 de abril de 2013

DANZA

Foto de Ayşegül,
 cogida del FB de María Bentancor Conde





DANZA




A punta de alfiler y bisturí, las libélulas en el cántaro de la brisa;
—siempre asidua a la danza macabra del desahuciado,
el delirio como ficción de funerales, —es fácil advertir, ahora—
que no hay tal delicadeza en el peltre abierto a la pólvora china,
sino torvas proezas del bajorrelieve…

Barataria, 27.IV.2013



lunes, 29 de abril de 2013

CRUCIFIJO

Imagen cogida de dinamicasojuegos.blogspot.com






CRUCIFIJO




Por si acaso, llevo mi propio crucifijo en el pecho. Y una antena, claro,
para colgar el espantapájaros de la quimera.
—Vos y yo, ya hemos quemado los últimos peces de la piel…

Barataria, 26.IV.2013


domingo, 28 de abril de 2013

TRÁNSITO

Imagen cogida de la red




TRÁNSITO




Atravieso el crepúsculo afilado de mi sombra, —¿acaso no soy luz
y pensamiento? (Un disparo muerde los pájaros.)
En realidad acabo de leer los últimos acontecimientos en los periódicos:
una nube levanta sus heraldos desvelados, alguien se pierde mientras
encuentra la llave de sus ojos:
tomo otra taza de café y me hundo en vaguedades…
Barataria, 24.IV.2013


sábado, 27 de abril de 2013

VELEIDADES

Imagen cogida de:
amigasemprendedorasdelchaco.blogspot.com




VELEIDADES




Nadie está inmune a las veleidades de otras manos, frente a esos pliegues
de cárcavas, procuro la ternura o la lejanía;
por cierto, en esta transfusión de élitros, nos encontramos con esos fuegos
peligros del Strange Case of Dr. Jekyll and Mr. Hyde…
Barataria, 23.IV.2013



viernes, 26 de abril de 2013

RELECTURA

Imagen cogida de la red




RELECTURA




Después de tantos psicoanálisis, el complejo de Edipo cava abismos,
en el laberinto patriarcal de las abejas.
Por suerte, las relecturas, cambian el rumbo de las cárcavas…
Barataria, 21.IV.2013


jueves, 25 de abril de 2013

COLOFÓN

Imagen cogida de la red




COLOFÓN




Anochece en las aguas de mi silencio: sé que es densa la antesala de la ternura el aliento primero del asombro corporal la yema del dedo que se pierde en el regocijo del polen siempre estoy partiendo porque qué otra cosa es la vida sino partir (ofrezco conciliar mis sueños acumulados en las aceras quedarme aquí esparcirme perseguir los amarillos del paisaje y compartirlos en la ventana salvo la distancia de los kilómetros de la noche alguna superstición golpea en el oleaje a menudo vivo aterrorizado por las navajas por las certezas lúgubres que me da la noche desembarco en los paralelos amoratados de la madera conmigo el tragaluz de las carpinterías siempre el café negro adentrado en el cofre del paladar) por suerte me deslío de la hiel que producen las celdas por suerte lavaré mi ropa y las fotografías todavía mi cuerpo deletrea el petate del arco iris sucede que los girasoles cuelgan de las palabras desde el suelo florece la arcilla me veo dándole las buenas noches a los esqueletos sentado leyendo con los ojos cerrados un poema de cruces y orfanatos claro nunca es fácil zigzaguear en medio de las piedras sobre montes aniquilados de albahacas abrir las estrellas sopena del resfrío  (puedo ver mi sangre sobre la arenilla del tiempo) un trozo de tempestad recorre mi pecho suenan espléndidos los disparos a boca de jarro de los incendios ¿puedo morder la uva en el pezón de la lluvia? ¿puede ser tu ombligo mi ánfora el césped que endurezca mi sigilo? en medio de tantos vacíos me adentro en la misericordia converso por fin con los fantasmas de la ceniza: converso río me pongo irascible me cosquillea el labio leporino del hambre el ataque de eructos endemoniados la radiografía retorcida del humo duele la raíz de la muela cordal en el último entrecejo de los pulgares ¿puedo reinventarte sin renunciar a la transparencia? Sordo respiro con mis gestos de viento abrazo los cansados alelíes del aliento ¿en qué lugar crecen mis zapatos?  ¿en qué pozo preservo las aguas del espejo  la sal de las poleas del susurro esta desnudez imprecisa del desconcierto? Me llamas ahora cuando ya sólo han quedado los rastrojos cuando perdí la noción de los fines de semana el tiempo me reclama y me dice que debo marcharme quedan apenas horas para atravesar el jardín ¿me aferro? he recogido el mantel y sus partituras agradezco la risa ancha de la luz rezo al mar conmigo toda la ternura ofrecida ofrezco regresar en primicia con algún poema desde el bolsillo impregnado de monedas  brindaré en la rigidez de mi próximo cumpleaños habrá lejanías y ganas de pedirle a las calles el asombro necesario…

Barataria, 18.IV.2013


miércoles, 24 de abril de 2013

SOMBRAS

Foto de DolarToday, cogida del FB de Milagro Haack




SOMBRAS




Extendido sobre la modorra de la tarde como héroe sin destino la campana sorda de la tarde las alas sin la fosforescencia salvo los agravios mordiendo los costados  todo languidece todo se afirma o se niega pero nada se perpetúa  en este apretado alero de días seculares  (le doy al perro que ladra su ración de mis miedos)  ¿qué viento sucumbe en mi pecho? ¿quién sigue a los pájaros tras el golpe de las sombras? me cruzo de brazos sediento de recuerdos: recojo las begonias ciegas que aún soportan la intemperie sé que no hay barbecho alguno para drenar las consonantes que arden en la ventana íngrima de lo póstumo  voy vengo con ese pánico que produce el terror  voy vengo con mis ojos tórridos de polvo hay atavismos que desviven ciertos olores que sofocan aborrezco todo aquello que tenga tapiz de inefable  golpeo a ciegas el pecho de la pesadumbre tiro los libros al piso a la calle tu rostro parece un infierno  y hierático para mi ideal de azúcar y canela ¿de quién me fío ahora cuando la espina empuja el dolor hacia la soledad? ¿quién limpia mis pies estremecidos? (en cada resplandor también hay huesos descompuestos graves tejados de pétalos estrujados  y aguas estancadas a falta de desagüe  vos nunca me diste agua para renunciar a la sed sólo el ánfora vacía del alfabeto sobre mí se ciernen las sombras hambrientas de las hienas y ese alud de herrumbre que cubre mis párpados) desde el olvido llevo maltrecho mi nombre y el tiempo al ras del suelo (donde no hay vida hay suicidio): yo morí en el crucifijo buscando un atajo: pero es que en realidad no existen los absolutos mucho menos la divinidad allí en los gusanos que brotan de la carne sé que el tiempo total se acaba sólo queda el tiempo para el dolor: el lugar atroz para el delirio (sólo existe aquel ojo inquisidor del destino las pesadillas encarnadas en el espejo)  he leído todo cuanto he podido: ¿es locura todo lo que se pudre en mi memoria  los árboles ilegibles el páramo con escamas los muertos y sus extraños ronquidos?  (nacer es igual a morir): se asoman las lágrimas es extraño el olvido del mundo la fuga súbita del hálito la palabra que trepa al último eco el semen invertebrado del alba o la esperanza que el viento mutiló en la herida hoy sin duda mi voz es otra: la misma bóveda ardida de la miseria humana el mismo cuentacuentos modelado en barro la misma desnudez proscrita la sombra como una placenta de peñascos  en el surco de la hora los fetichismos de la mugre y los paraguas inaudibles de la espuma la pasión del tacto en la espina y la arcilla dispersa de mis pupilas quizás haya otro tiempo para enderezar la albarda quizás otros caracoles en terrones de azúcar quizá otro columpio de saliva en tu ombligo (yo me voy en realidad ya me he ido): en mí ya un instante la garganta exhausta de intemperies aun me espera un largo viaje de bálsamo…

Barataria, 16.IV.2013 


martes, 23 de abril de 2013

DECADENCIA

Foto de Vancaro, imagen cogida del Fb de Verg Florea-Fil 





DECADENCIA




Sobre la piedra impalpable el silencio en decadencia la escarcha sobre la tumba o el féretro esa proclama que ensaya todos los días el reloj en la deshora de los pantalones es carne que transcurre es tumba es el sudario que transpira debajo de los calcetines  sobre los temores el musgo de la sombra y el andrajo que germina como la herrumbre en imágenes antiguas  lo sé tras ver mi cuerpo yerto lo sé tras la fugacidad engarzada en el calendario: discurrir como la nada en el sepulcro  festejarle al polvo todos los besos en los poros volar sobre la mudez de la piedra dentro de la sangre las aguas de la noche la turbación del dolor en las sienes la porcelana negra de los eucaliptos que arrecia en su resquebrajamiento (en cada nombre la certeza horrible de las cosas  el rugido del granito en los dientes la almádana de la noche debajo de lengua: canta el tizne en la desnudez del viento el ala recoge los viejos alientos los poros grises de las puertas el afilado grito de los puertos no me detengan que llevan prisa mis zapatos pronto la gaviota de la niebla sobre el litoral los opacos ojos de los ahoras) ¿qué adolescencia vivió la muerte? ¿de qué signo zodiacal es este haz de frío que perdura en el fondo de mis ojos?  tantos bolsillos de sangre en los rincones del eco tanto hedor en la palma de mis manos y seguir aquí con un puñado de abismos seguir aquí acaso como penitencia velando mi propio rostro las orillas ateridas de la brisa y al mismo tiempo lavar mi pañuelo impregnado de fotografías y tarjetas postales  ¿qué puedo decirle a mi humanidad de hambre aún con la presencia de los guantes de la angustia  perseverando y preservando el pedestal de esta habitación del dolor? (tanta lucidez para mi propia ficción) en presencia de la luz puedo ver con claridad el cinismo del teatro de comarca el pincel de las otras manos la duda de los jinetes del apocalipsis y esa llaga gestual de lo diverso sangra la geometría de la multitud: el mal insiste en su tronco de árbol como una música en estaciones macabras: sin duda siempre existen motivos para dudar de la realidad cuando el amanecer se apaga en las ventanas cuando lo furtivo rebasa las palabras ahora debo afinar mi dicción asegurar que exista la memoria y darle pupilas a los espejos: gozar la muerte es una especie de suerte y privilegio gozarla así sea el último orgasmo en el imaginario del poema después de todo las sábanas siempre quedan impregnadas de sudores después de todo el deseo siempre nos muerde sutilmente: empiezo pues por entibiar mis palabras sin nombrar lo inconfesable de la historia duele la fruición cuando ésta ironiza al moho: pese a ello abrazo la sordidez de un pubis digo este grafiti de la carne desnuda en el discurso deteriorado de las estaciones (la decadencia también tiene sus colores aunque sean fabulados: su léxico discurre en los símbolos)…

Barataria, 13.IV.2013



lunes, 22 de abril de 2013

MISTICA

Imagen cogida de: neuriwoman.com




MISTICA




Mística  (del l. mystica)
f. teol. Parte de la teología que trata de la unión del hombre con la divinidad, mediante la contemplación de Dios.
Conjunto de doctrinas y prácticas para llegar al conocimiento intuitivo de Dios; según las religiones, adopta distintas denominaciones: taoísmo, sufismo, etc.
lit. Literatura en la que está expresada la experiencia mística. El amor sobrenatural produce en los místicos una inspiración poética de gran personalidad (metáforas, exclamaciones, paradojas, simbolis mos), que permite al poeta comunicar de modo sensible sus experiencias.




En la fosa   —en la fosa sin embargo los agrios días del animal de los sueños las contundencias del alfiler en los poros el veneno del moho trasegado en el alambique yo en este mundo de realidades retorcidas frente a la puerta de las enredaderas de la herrumbre muerdo los calcañales de mi propio matadero me arrimo a los escalones de la polilla ardo en los puentes colgantes de la espuma en el rayo negro de la cloaca en el trueno de la brasa de mi arcilla ¿qué día es hoy —pienso— mientras las monedas del sudor bañan el mar peregrino de mis dudas? ¿qué semanas de viejos costales para el albergue donde no cabe un céntimo de mis persianas ni el poco aliento que me queda en el atrio de las comisuras? ¿de qué tiempo hablo? —si el tiempo es una tiranía un acordeón de girasoles disecados el fuego atravesando la rendija del tragaluz: me golpea todo este hollín acumulado me aturde cualquier desinterés cuando debo escapar del desdén  casi como un ritual —extenuado—  le busco el absoluto a mi espíritu a la hinchazón de los días que no me pertenecen al ardor de la santa cena con las manos sucias mendigando una salvación diferente a esta que sucumbe en el peltre antiedénico del deletreo  (¿de qué brazos merezco asirme a la hora de ayunar con el destino? llueve en las cuatro estaciones del reloj en cada calle dejo mi habitación y mis zapatos la necesidad de tomar contacto  con el otro animal que vive en secreto dentro de la entraña después de los acontecimientos debo limpiar el parabrisas de mis ojos el animal doméstico que lame mis manos —naturalmente lamento no tomarme una taza de café con vos lavar la pluralidad de los amarillos la ropa de presión de los pensamientos —sí es cierto me detengo en los manubrios de un burdel a cambio de no gritar ni encallar en un sordo taburete de peluquería) siempre tengo la sensación de ir tocando puertas sin sentido mis manos llagadas por promontorios de hojarasca mi frente con dispositivos raros en señal de la cruz mis horas destruidas mis recuerdos en el suburbio de una tormenta  mis cálculos hechos añicos por el drama secular de los atrios —cualesquiera puede entrar y devorarme empujarme prodigarme luto verterme en las aristas de las cunetas llenar de danzas macabras mi humanidad: todo es posible en este ventisquero de la historia (alguien me dijo que una ausencia propiciaba un estado de santidad absoluta) al respecto ya no tengo nada por descubrir: desciendo puntual en el río del tiempo (hay horizontes enanos que se pierden entre la maleza) dónde retuerzo mi sollozo dónde pongo este tambor de sombras los muertos que también van conmigo y golpean mi tórax despierto: ya ha entrado el pan de la noche en mis dientes me ofrezco para museo…

Barataria, 12.IV.2013



domingo, 21 de abril de 2013

AHOGO DE FUNERARIAS

Imagen cogida de
 lamuerteossientatanbien.blogspot.com





AHOGO DE FUNERARIAS




Sobre la mano desenterrada sale el despojo de campanas y aquellos pensamientos oxidados por el tiempo: cada mar abre sus ahogos los litorales desencajados de las pupilas  los abanicos de la madera crispados de sal en las plumas del ave siempre están presentes las funerarias el ventisquero y su carcoma incesante la camisa oscura de los vados: todo tiene un dejo de envenenadas horas ¿qué ojo germina en una tarde de claveles marchitos? ¿quién acude a bañarse a este río de funerarias cuando se perdió el imán de los fósforos?  El pulso de la muerte es fecundo en su austral descenso: he caminado en el paraguas del firmamento sin sentido (llueve en la madera el invierno del serrucho y la garlopa la vestidura rota de los pensamientos el aliento que galopa como leña encendida) al parecer no existe un tan solo credo que quite el cansancio de ahogos ansiedades y desbalances aquí de pronto se hace necesario traficar o trasegar el espejismo sin remedio de la queda: navego en las aldabas cerradas del sueño camino sin atinar el horizonte del rostro del rocío (es extraño el fermento de la madera y el hervor de la sienes en la noche y el ojo desconcertado en el sollozo y el polvo que borra la página existente: hijo del tiempo me quedo frío cuando se apagan las lámparas hijo de la sombra amanezco en la modorra del subsuelo hijo de las piedra me quedo en el silencio de la inclemencia) un día la edad ya no será apretado pantalón ni inmunda víscera aspiro a que cada menudencia mía sea el barbecho para nuevas sábanas mientras permanezco en esta casa yo expectante frente a mi humana condición de ciego: ¿de qué ala puedo asirme si no es la destino?  ¿de qué otra horqueta puedo desliarme si ella sostiene el balido de la historia la escritura cifrada de los días o el absoluto difícil de impugnar? (sólo sé que la madera me aguarda sentenciosa y ávida) hacia la noche las aguas amarillas de los pensamientos en pos del humo de los almanaques la saliva en el lavabo de la bocacalle taladrando la iracundia de los andenes algo quedará en el hueco de la desazón: los zapatos moribundos del semen o la simple gota del sollozo crujiendo como un filme negro (uno lleva la noche en los hombros como un invierno de liebres palpitantes) —uno —por cierto yo—hereditario de abrumadoras geometrías al punto de endurecer las fotografías  del conjuro  al final me quedo aquí —entre el destino y la patria— las funerarias el fuego sosegado después de todos los contrarios: amanece quiero que amanezca quiero que amanezca en mis costados quiero que amanezca en mis contados desde la rosa de fuego del cristal…

Barataria, 11.IV.2013 







viernes, 19 de abril de 2013

EXTRAÑA SED

Foto de Open Art, 
cogida del FB de Libraria Humanitas Valcea




EXTRAÑA SED




No termina la sed en las bisagras del silencio entre música y orgasmos los tiliches o la caja de Pandora del pudor las trivialidades y sus antónimos las estatuas en disputa con una sed incoherente (al otro lado del vértigo un callejón oscuro: escasean los recuerdos y la visibilidad) sin duda vivimos en un cataclismo de imágenes disueltas (un bosque de pasiones agónicas)  inofensivos los pañuelos de la ingenuidad y las pupilas ¿entenderé alguna vez la unilateralidad de los suspiros? ¿hasta cuándo las sombrillas ebrias en medio de los dedos del calendario? apremia la doble imagen del aullido el río del salpullido en el sueño y esos inefables inventarios de la claridad y esos bejucos de sal vistos a través de tragaluces (toda la calle es ya un acto de comunión con la neblina) ¿Quién recoge las semillas del alma? El tiempo resulta ser siempre sed de ausencias: hoja del espejo desbordado en el acantilado  monótono destino del diluvio posmoderno acaso nostalgia saltando sobre la breña del asfalto entre hojarasca y neumáticos  entre telares de saliva derramada pálidas incandescencias de la arcilla (por cierto no me acostumbro a esta ardua faena de someterme tranquilamente a las lecciones que me da la memoria cuando todo afuera es llovizna a secas genitales sin nodriza y somníferos de telarañas) en realidad las sombras entreabren la herida en vez de ocultarla baila la serpiente del desánimo el pluscuamperfecto de la noche detrás de la alegría y la ternura las cloacas en la sumisión de las palabras ¿existo?  solo estoy en tránsito a la espera de la osa mayor del orgasmo: consagro mis sentidos a la bodega de la noche sé que hay  fragmentos de guarumo  y chichicaste y cuajatinta y pintura desecha de las paredes  (sé cuándo los niños descubren el arcoíris y atesoran las piscuchas y los trompos) hoy es un día como todos los días: no perdono mis tobillos de tanto andar ni los ciegos brazos de la aurora ni la sombra alada de las pupilas en el sofoco ¿derrama el cuerpo su propia luz? llevo días averiguándolo en el espejo de la transparencia ¿existe, acaso?  después de abrirse a lo líquido el cuerpo y los cabellos hacia dónde van el suelo perdido suelta sus pálpitos de nostalgia: el fuego del poema en todo caso purifica el río que crece en las ingles siempre quedará gravitando en las aceras el eco de la almohada las estrofas ahogadas del infinito mi propia muerte alucinada entre los árboles lo demás es cuestión de tiempo: aun los bajorrelieves desfallecen en la soledad la vastedad de la noche muerde mis sentidos: en realidad ya estoy acostumbrado a la eternidad por supuesto no es invención de mi espejo sino producto de hurgar en el paisaje…

Barataria, 10.IV.2013



jueves, 18 de abril de 2013

EXTASIS DEL FRÍO

Foto de UnMind The Gap, cogida del Fb de Hedes Andrea





EXTASIS DEL FRÍO




Llegado a este punto el deliro crece como un girasol antes de morir ¿saldré invicto de esta vastedad de sombras pañuelos y niebla? el puñal del frío rompe los caracoles amarillos de los blancos cada refugio tiene sus horas de frío imposible no ver la mensajería inalámbrica de la muchedumbre imposible el camino del pubis sin afeites: el cuerpo lo presiente todo allí la sombra cárdena de la prosodia los difuntos paisajes de las fotografías para seguir debo entender las tonalidades de la boca el sentido de la historia sin astrolabios los buscadores de bolsillos o simplemente morir en el lirismo de una noche maltrecha y amarga (aquí no vale el acertijo ni las convulsiones fatuas) en el balcón del desvarío el cuerpo de la ropa con fiebre henchida la fuga y abierta la puerta desencadenada la lengua sin la mesura de las buenas costumbres  ¿quién ha dicho que en una azotea no se pueden cultivar gladiolas? (la desnudez me hará libre de cualquier disfraz la trinchera de los verbos presentes el entusiasmo por encontrar un puerto así el prostíbulo más caótico así deba rezar el juego del tiempo iluso de los candelabros el noveno círculo de la mayéutica es justo el frío tras el cristal de nuestra propia sombra) algunas veces me sacuden mis propias ruinas —ciertas manías de locura imperdonable— la piedad ¿quién piensa en la piedad ciertamente hoy en día? trato de rehabilitarme en la fantasía de los ángeles trato de quitarle calorías a los fines de semana y eructar todas las astillas de la semana por supuesto me he aficionado a mis miserias qué mejor garantía de estar vivo qué inagotable el desvelo hermético de la hojarasca el poro que se atraganta en mi memoria el éxtasis de la raíz infinita del semen  (cada ahora tiene sus propias semillas alguien me lo dijo al respirar junto a la piladera insoslayable del tiempo) —yo por si acaso dejo que las aguas del invierno suban hasta las ingles —llueve claro espejos de luciérnagas— ¿alguien vendrá a lamer los ecos de mi materia  la húmeda brasa arrodillada en el cipresal del deseo?  me inclino en la arcilla de mi propia catacumba necesito infusión en mis costillas suelta sus imaginarios el cordel de la saliva hace frío cuesta abajo del burdel en la fábula del imaginario hace frío después de las Cruzadas con tanta sangre derramada: ciego ya de cabalgar en las inclemencias en la ventana que apunta hacia el misterio también llueve: todo es lingüísticamente extraño ¿tiene el arco iris sus propios orgasmos?  temo morir sin saber la respuesta sabiendo que el frío tiene algo de anarquista saber que el frío no padece de anacronías —solos vos y yo quizá conectados únicamente por los designios del grito por los apremios del doble sueño pero jamás el mismo arroyo  (cada quien sabe que la ternura se pierde en la monotonía de las grietas) cada quien lo sabe…

Barataria, 08.IV.2013 


miércoles, 17 de abril de 2013

ASEDIO MORTECINO

Imagen cogida de pijamasurf.com





ASEDIO MORTECINO




Aquí, entre el asedio mortecino y el ansia de ya no ser sino muerte. La oscuridad está dispersa y cubre todos los ámbitos de mi propio destierro.  No sé si después de todo pueda restituir la memoria y los delirios que se ciernen en las sienes  como peces de lirios corrosivos. En cada esquina la sinuosidad de las imágenes y las anchas puertas de la ausencia: el humo del poyetón me envuelve con sus grises, ¿es, por cierto, la conciencia de la fuga o apenas el atisbo del fragor que se derrumba?

—Debo, después de todo, preguntárselo a las lámparas.
(Siempre los días parecen puertas desorbitadas, aposentos de incesante
Tortura.) Tal vez la fosa me dé el resplandor que necesito.
Hay en la crin de las olas, ciegos acantilados y viento, nombres que fueron,
innumerables penumbras, como este desvelo incorregible.
Yo me quedo con el ala de la fiebre y las disonancias del acorde:
(Callo mientras la muerte me estremece con sus ansias. Calla el cuerpo.)
Pero volveré de nuevo mordido por la sed del poema.

Barataria, 08.04.2013



martes, 16 de abril de 2013

MUERTE ÍNTIMA

Imagen cogida de elcandildelospensamientos.com





MUERTE ÍNTIMA




Hablo de lo que me pertenece y sin embargo se va: vivir y salir al paso de lo profundo asomarse a las preguntas para que devuelvan el arbusto de la misma muerte la vida con sus sombras cernido el vuelo hablo del diálogo que sostengo con todo lo que me oye la boca que se pierde en el alba el vuelo que horada los cascos del cielo ¿es mía la tierra cuando llegue a su sombra? ¿de qué paisaje hablo en el ardor de la madera? (la muerte siempre es primavera íntima) lo aprendí en la alta noche del escalofrío entre breves y largas corporeidades siempre igual el bullido del fuego que consume todo lo que tengo como espejismo de vitrales  no hablo de misterios ni de otras muertes hablo de la mía:  crece cada vez el tiempo con sus remolinos avanza la firmeza del suelo en la oscuridad los días asustados que  cruzan la garganta el oscuro día de ventanas sin coraje (ahora recuerdo todos los atajos para llegar a una sábana la calle con su giro de párpados el hervor del aliento a mitad de la cruz trepan los salmos como escaleras hasta la boca: muero en la faena de mi propia mortaja duele el aliento cuando uno prepara los aperos —azadón y piocha y pala— el trabajo es duro cuando uno cava la mesa postrera luego uno tiene que aligerar el reencuentro con los zapatos y poner todo el empeño de la dentadura)  supongo que debo pensar en las reliquias antes de halar los bueyes ¿debo callar ante el declive irreversible? ¿debo morder antes el pasto azul de los libros el coloquio del comején en mi condición humana  la flor de los juegos del paréntesis que olvidé en algún momento?  A nadie he invitado porque es la purificación de mi memoria a nadie he confiado este austero cansancio a nadie le he dicho que acurrucado muerdo la ceniza y la grieta que se abre en el semblante del tiempo —soy Job —debo confesarlo— el que lucha inagotable con la paciencia con el ave nebulosa que se derrama en el éxtasis del ciprés (soy el hollín anónimo que se  desprende del tabanco) habito las bóvedas de mis culpas a estas alturas del poema no reniego de nada ni me arrepiento de nada: si he sobrevivo es lo que merezco  aquí está mi cuerpo y las raíces que me fueron destinadas desde la infancia asistí con traje a los velorios desde entonces les tengo un gran respeto ¿es intrépida la lámpara de mi arcilla? —a estas alturas no lo sé pese a las costillas rotas de la noche pese a los extraños ruidos de las ergástulas (el tiempo no me alcanzó para vivir otras vidas) por eso me sostuve con mi propia soga (a veces los imaginarios —lo sé— son de telarañas) por eso no me fio de la moral de las palabras ni del incensario que refleja cierta inocencia ni del ciempiés que huye de la lluvia todo se reduce a los acasos: yo me quedo confiado en mis propios argumentos: mañana o pasado hoy puede gritar el tiempo estoy preparado—le he dicho reiteradamente— mientras suben los apremios del crepúsculo (los candelabros me recuerdan el sepulcro de las semanas y la ceniza que confabula en las manos)…

Barataria, 06.IV.2013



lunes, 15 de abril de 2013

PORTAL

Imagen cogida de septimosentido.blogspot.com




PORTAL




…en un silencio hoy casi imposible
THIAGO DE MELLO




digo portal pero también este juego de espacios horcones y vigas digo la tarde hacia la noche y la escasa luz que queda entre costaneras  y melancolía cuento 1 2 3 4 5 6 7 8 9 leo a b c d e f g h i  j k l m n ñ o p q r rr s t u v w x y z  escribo en la idiotez del mimbre ¿hay cena para almas hambrientas como cada una de las vocales que son iguales en todo caso para todas las minusvalías (pareciera que en los velorios nada es irreparable) digo hacia la cruz y el gajo de camándulas las manos heladas del espejo dentro del quiosco de la contemplación  antes de salir me metía puchitos de ruda en los bolsillos ahora están escasos esos secretos para el sahumerio póstumo —la última vez que aprendí las vocales fue entre espinas era áspero el cansancio de los callos del dedo gordo de la mano jugaba con pacunes encima de la gramática en realidad el alfabeto era una melodía austera y no había lugar para jugar con ellas como juegan las abejas con el polen ¿en qué pienso ahora? (alguna frase de granito se quedó sobre la conciencia en el alma jamás pude saberlo aún ahora que lavo por costumbre mi dentadura  y en vez de rezos acudimos a la botica ¿está en desuso esta palabra? Qué se yo del viento cuando aligera su lengua y trepa al idioma gris de mis sienes desciendo al suelo y empiezo a contar los ladrillos luego pienso en cuántos libros de agua caben en mis manos en la curiosidad que me acompañe como un ángel maldito debajo de mis pies, las aceras desiguales de los huecos aquella línea infinita del desconsuelo el día y su antípoda como una ardua faena) cuando menos pienso estoy de nuevo:  1 2 3 4 5 6 7 8 9 luego por inercia a b c d e f g h i  j k l m n ñ o p q r rr s t u v w x y z  esto no acaba nunca es como si la mendicidad jamás tuviera una trinchera sino portillos infinitos desde la vara con que mido dejo el espacio para las ardillas algunas palabras gloriosas aquel traje que me puse para tocar una guitarra no sé si los adultos entiendan después de remozar su impaciencia qué son los antros  el juego de las acuarelas del instante y aun los souvenirs en el pajar de los cerillos (después de todo hablo de mis manías ¿tienen razón de ser las manos cuando la fantasía se torna en espacios esquizofrénicos? Todo lo que leí es hoy refugio de mi tinta si existe la felicidad aquí está: contar casi demoníacamente 1 2 3 4 5 6 7 8 9 todo poder viene de aquí: a b c d e f g h i  j k l m n ñ o p q r rr s t u v w x y z pese a que no está dentro de mí la bóveda de la campana sino las semillas herméticas de la neblina) dejo para después mi viaje incesante a través de los portales:  el olor a verduras del susurro y la gota de sueño que me sobrevive justo donde los grillos lamen la arcilla y el pájaro picotea al hijo pródigo en su nicho lo demás es historia que contaré otro día en los encajes de la intemperie…

Barataria, 06.04.2013



domingo, 14 de abril de 2013

PUERTA [CONSTRUCCIÓN DEL POEMA]

Imagen cogida de: es.dreamstime.com




PUERTA [CONSTRUCCIÓN DEL POEMA]




Cerremos esta puerta.
Lentas, despacio, que nuestras ropas caigan
como de sí mismos se desnudarían dioses.
JOSÉ SARAMAGO




Voy con mi diluvio de pensamientos hacia la puerta: no sé cuál se abre o cierra: es el tiempo que se diluye en mi rostro (supongo que alguien escucha mis zapatos) ante la indiferencia me refugio en lo inefable (acoto sin embargo en mi sombra) me da igual el horror que he enfrentado la brasa irreverente en mis poros  la ebriedad derramada de los pretéritos sigue la respiración pese al dintel oscuro la realidad es inmensa como las perversiones inverosímil pero transfigurada en el aliento ¿Puedo vivir de incógnita en este abandono?  (a menudo me pienso un personaje de locura) duele el espinazo al extender las manos duele conciliar el pálpito después de deambular sobre la vía pública de lo errátil después de avanzar y no llegar nunca al peldaño último de la escalera donde salga airoso el poema No hay pluscuamperfecto en el ladrido de los perros si acaso subjuntivo en algún vestíbulo donde roncan las semanas sin alfabeto (al llegar a la carpintería de la noche la navaja del grito degüella mis pulsiones ¿huyo antes que el insomnio me asesine?  Cruzo las calles defendiendo mi cuerpo no hay noches ni mañanas ni buenos días se fue el instante pese al polvillo que deambula como una mosca de ojo cíclope toda la noche es un adiós a mis ojos [vos claro] que ponés un pie en mi escritura y el otro en zizg zag frente a mis ganas de trepar a la piedra del poniente) todo es un paisaje caótico lo vislumbré desde el volumen del vaso de agua: lluvia callejones balcones sin sentido cualquier imaginario pasa por el tamiz de la conciencia menos el río o la estrella sino los tragantes suburbanos que desembocan en el sueño  los dedos herméticos de los muros o el laberinto extenuante que gotea como un pájaro moribundo la ciudad cambia su permanencia es decir su pelaje: ¿quién es mi contraparte en estas contradicciones?  ¿quién no teme abrir el corpus de su puerta para que entre la luz en esta humanidad del poema? por cierto caen como banderas rotas las enredaderas de mis aguas ¿en qué tiempo dejaré de ser criatura del extravío sin disimulo y sin melancolía? ¿Puede el olvido rehacer lo insobornable mis cenizas a punto de hacerse granito? (dejaré de partir y danzar  —cruje mi ropa encima de los años— anchos son todavía los portales de mis ojos el almacén de mi demencia y el filo que aún puede con la escarcha de los sentidos  todo lo incendiaré cuando me sepulten: que nada perviva que nada sea incluyo mi voz y mis ahogos incluyo los golpes de mi esqueleto  los abrazos que me dio la almádana o el martillo los libros que quitaron el estiércol de mis manos adiciono el antro de mis cosquilleos todos los ojos lavados del orgasmo el insulto y el rebuzno los juegos que estableció la paciencia) —no incluyo por supuesto el paladar me servirá para descubrir nuevos meses en la tierra…

Barataria, 04.IV.2013



sábado, 13 de abril de 2013

BRUMA

Foto de Open Art, 
cogida de FB de Libraria Humanitas Valcea 





BRUMA




Puedo caminar entre los caminos borrosos de las calles. Morder cartílagos,
masturbarme frenéticamente entre las fauces de la tinta, con la debida
urbanidad del invierno, sin que el semen de los cementerios haga sus propios
estragos: me río de los murciélagos que sobreviven a la mesa del domingo
y a las noches que prolongan los relámpagos.
¿Hay otra manera de cortar las buganvilias sin romper los pétalos
sin que el público se alarme de los pensamientos?

(Necesito un museo para la sombra de mis sueños, sin publicidad.)

—A menudo me detengo a mitad de las sombras: soy animal residual
en la tinta seca de los calcañales, hueso anegado de rituales invertebrados,
(el hartazgo provocó desorden en boca, manos pupilas);
ahora me toca recurrir a las fotografías sepia colgadas del cancel del respiro,
y crear mi propio catálogo de sonambulismos (la sábana rota que nunca
sospechamos, el discurso en los fósforos encorvados de la penumbra.)
—Pero, después de todo, vale la pena reír.

Sólo debo anotar en mi cuaderno la próxima cicatriz, el chubasco de otoño
en mi cuerpo, o comprar otra tinta menos desgreñada para mis pensamientos.

Barataria, 13.IV.2013