sábado, 12 de enero de 2013

LA LUZ NUESTRA DE CADA DÍA

Imagen tomada de la red





LA LUZ NUESTRA DE CADA DÍA




¿Es acaso nuestra la luz de cada día? ¿El océano con su gota de agonía?
A dos manos soy el que tira la suerte al rocío.
El horizonte en el ala de una codorniz, el misterio fugaz de la solapas,
aquella mujer pegada al baúl de las raíces.
—Aquí en mis pensamientos la Negación de las tres veces,
las abejas en el tajo del hacha,
una porción del deslumbramiento habitado.

Y de repente las miles de antorchas del océano se apagan: viene la arcilla
para modelar la salvación del aliento,
todos los instantes son magnetismos en el idioma de los gestos,
el viento que aventaja a la hoja que cae, el pájaro imposible del desvelo:
—hoy somos una vorágine, los dientes lanzan su intrepidez,
sobre la ácida luz del ahogo.
¿Existen días para vivir y morir? —Yo quiero un ataúd de limonada,
o un cuaderno profundo en las inclemencias del desvelo.

A veces es inevitable el  vinagre en los clavos que sostienen los túneles
del pájaro disfrazado de la herrumbre.

Barataria, 08.I.2013


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