jueves, 31 de enero de 2013

FLAMA

Foto de Photo spirit,tomada del FB  Mirela Ciortan




FLAMA




Mar de ansia y del delirio —he aquí…
SAINT-JOHN PERSE




en la estancia de madera el fuego hecho de contagiosa religión: dentro del pabilo el papel lacrado en las manos el metalenguaje como un vitral inefable en la redondez de la gota de tinta  que quiere convertirse en poema y luego marchar a través de la inmaterialidad del aliento entre esa luz y las reminiscencias del crepúsculo la persiana de los sentidos pronuncian la claridad una y otra vez respiro en el ciego plato de la sombra que me alimenta no importan las semanas y los meses toda la pesadumbre de mi memoria colgando de todos los crímenes del sueño a menudo me ata la pobreza de mi risa los túneles impasibles de la garganta la mano confundida de la polilla agazapada en la fábula de los tiempos: me sigue sucediendo el tiempo con cierta demencia ¿qué abrigos invento para mis huesos? ¿ qué imágenes dejan de ser voraces en los ojos allí donde cruje el sexo desangrado? vivo en esta suerte de préstamo del calendario y su ataúd en la fila residual de los tragantes ahí donde el alba es trágico azogue mínima ternura en la jerarquía de las cucharas ya no sé si por costumbre reincido en el mismo velorio de mis pensamientos casi a punto de ser extraña criatura en medio de la luz nazco y muero en la mueca de la pesadumbre: mi demencia engendró espejos de tedio y fábulas de nocturnos pómulos quizá la lluvia o el fuego lo resuman todo: las manos sobre la mesa sólo fue un sueño de proporciones iguales al vacío cuando fui consciente de la pobreza  opté por el sacramento de la intemperie y por la lluvia interminable de la avidez olvidado de todo paraíso la acumulación de calles y portales los sonidos huecos cruzando la conciencia hasta colmar de angustia las aceras si hay algo que aja la noción del poema es este folio de hollín mordiendo el entrecejo la meditación sobre las armónicas sepultadas y esa tinta negra que sale de la boca con afasia de migajas me duele el trasluz de las vigas que danza como un fantasma equilibrista en medio de los sonidos de la resina del eucaliptus a veces es la escarcha del crepúsculo la que está sobre el plato: la boca atardece en la taza de café luego los ronquidos de la noche como el aguijón de los nombres agudos los trenes líquidos del suspiro en el largometraje  del pie forzado de la décima me quedo así donde (“hierven las cosas consumidas por una llama hambrienta que ya alcanzó mi calcañal y muerde me está doliendo el mundo revienta como pústula me duele en mí como un templo destruido”) atrás de las puertas la rugosidad de los tapiales y el polvo temible que colma mis poros es aquí donde invoco el arca aunque sólo sea para que mis ojos se salven una sombra tras otras en los sonidos del lenguaje…

Barataria, 28.I.2013 


miércoles, 30 de enero de 2013

SIMBOLISMOS

Foto  de Desert-rose, tomada de FB de Hedes Andrea





SIMBOLISMOS




Siempre existen ciertos simbolismos en el deshielo de la tinta,
cuando desmoronamos en solitario las ascuas del ángulo obtuso del poema,
un día de tantos la transparencia nos aplaude:
ningún pájaro es inaudito en los sueños, a menos que haya muerto
a quemarropa del crucifijo del aliento.
cuando disparé los estornudos desde las azoteas, el viento contrario
diseminó la ceniza, así que sigo ileso de cualquier incineración,
las aguas lavan el espejo degollado, los párpados desvencijados del sonido:
por suerte el granizo, desemboca en estas calles quemadas por el agua.
Llueve desde la nube de los sombreros, desde la furia de los sueños,
jamás las máscaras fueron demasiada noche para mi esqueleto,
jamás apagué la tinta del candil porque me fue dada en abundancia
en abundancia para afrontar los días postreros.
Jamás me amedrentó el verso póstumo, ni la cuchara de ceniza del trueno:
a nadar se ha dicho tirando los dados sobre el piso. A nadar con el alma,
aun en medio del ventisquero encorvado del insomnio.

Barataria, 26.I.2013



martes, 29 de enero de 2013

PIEZA DE MUSEO

Imagen cogida de la red





PIEZA DE MUSEO




no nos sirve la nieve sobre la banca del frío cuando la risa se ha convertido en pieza para museo  cuando el almidón ha sido cremado y no nos queda sino  esta miserable porfía de ver fotografías bajo la tormenta de los espejismos vivimos en dentro de esos dos jardines de la indulgencia: el sueño y el ensueño pero todo es así inclusive las baratijas de las calles  el sendero convencional del aliento los cuerpos engangrenados en el común de la Nada: de las buenas costumbres me quedo definitivamente con la intemperie expuesto al mal de ojo del abismo ahora soy un proscrito de la opulencia del trópico: mi deseo es vaciar mis propias cavidades quitarme la máscara entumecida de la nostalgia y de ser posible inundar el acto de escribir con aquellas postales que deslumbraron mi pálpito (“cómo me estorban las cortinas personales: prefiero el párpado de cal la concha tornasol mínima escafandra donde hierve la reflexión de cada arena  aire necesito aire hinchados husos recubiertos con pulidas mondaduras planetarios husos con qué zurcir toda la yerba asesinada”) Han pasado ya días días desde la última brega del sobresalto horas de utopía feroces apetitos para masticar el fuego: desde luego ya se había vaticinado el despeñadero póstumo del árbol almidonado y el sahumerio cuando disecamos la ceniza del mechero  cuando la almádana rompió la escalera de la respiración junto a la réplica de las bisuterías desde luego el humillo natural de los meteoros inunda las terrazas y las vuelve oscuras  lo supimos en la réplica de tanta noche sin sentido al final creo que ya todo está fuera de su sitio: las bancas vacías fulminadas por la nieve los esqueletos amarillos del insomnio cortando la yugular de las estatuas  sé que hemos caminado largos faroles de párpados y en cada migración de pájaros también nos marea el firmamento de las luces  en la herida llovida del correo que nos avienta a promontorios de palabras ante el cuervo que ayer nos robó el sueño nadie sino esta suerte de empezar de nuevo a tirar bocanadas de obscenidad y a degollar la eternidad que no tiene sentido cuando rasgamos el campanario de la trementina  pero algo es seguro: vivimos aguijoneados por la hamaca del tiempo y la militancia de la fiebre de las hipótesis a la menor insinuación de viaje arreglamos la valija y alargamos la sobremesa hasta el punto de evaporar las inflexiones verbales del pretérito  y si es cierto: (“un súbito fulgor encabritado entre escaleras que bajan de tumbo en tumbo a recorrer la sílaba que cuelga la perla negra en el grifo entrecerrado”) digamos que debajo o sobre la ropa del instante hay otras ropas que nos precipitan hasta el punto de la alucinación…

Barataria, 24.I.2013


lunes, 28 de enero de 2013

AGUJERO

Imagen tomada del FB de Sofía Rodríguez García




AGUJERO




Golpean los huecos  en las aguas ahogadas de la lengua. Golpea
la doctrina de la noche en los jardines suspendidos del cáñamo de los ojos:
—todo lo que ganamos se perdió inútilmente en el aire afilado
de las campanas vacías,
tu mirada ahora se desvanece en los pabilos rotos del azogue,
caballos de furia galopan ahora en las aguas hondas de la noche:
¿qué final tuvo la historia del rostro y la ternura, la ventana como fiebre
de guitarras, el pulso sonoro del aliento?
Ya no hay porfía ni reniego en todo esto, sino liturgia de la voz desvivida:
acaso el grito en el peñasco de la espuma que subió hasta la nariz,
el pozo del mural profundo de los sueños, el desparpajo del convite.
Entre un día y otro, los pedacitos de escarcha de los espejos,
y entre ellos, también, el agujero del pálpito como la sombra del mundo.
Si hay retorno al nosotros, será como los huesos atravesando el mapamundi
de cuanto abrimos en las sombras de las paredes.

Nos comimos de un tajo la ternura. Vaciamos el sol del armario.
Profunda es la noche en nuestras propias oscuridades.

Barataria, 23.I.2013



domingo, 27 de enero de 2013

PUZZLE EN UN DÍA CUALQUIERA

Imagen tomada del FB de Editura Bybliotek




PUZZLE EN UN DÍA CUALQUIERA




Más vale caminar más cerca de la línea de espuma
Y aventurarnos en el umbral de un otro frío.
YVES BONNEFOY




Entre las estridencias de las diademas en el rocío del fetichismo,
la oblicuidad de ciertas figuras sobre la mesa o la preñez colosal de la sábana:
—las distancias exhiben su lengua como una gran sombra de escalofríos flotantes; allí los travesaños rutilantes en los círculos,
la capacidad del puzzle para armar las conjeturas de la lección
de la escritura sobre la piedra,
los buenos días en la nebulosa del horizonte, los derroches de calles
que una vez transitamos,
sin la aprensión tuerta de los sueños.

(Hemos caminado sinnúmero de veces a través de las costuras del invierno.)

Ya gastado el galope de los zapatos, vemos que las estrellas se anexan
a las funerarias: algo de los cuerpos se pierde en el tránsito,
allí entre la hojarasca, hacia dónde perseguir la epifanía, el tren
de la meditación, la escalera
y otras indumentarias, el escape hacia donde la memoria reverdezca.

El hospedaje del reloj flota en lo indecible.
Deambula la lengua en los fragmentos de saliva; en el vacío están los códigos
de los sepultureros, y la dentellada de la polisemia.
Y la piedra sorda del full time. Y el maniquí a pulmón abierto.

Barataria, 19.I.2013



sábado, 26 de enero de 2013

METAFÍSICA DEL PAISJE

Imagen tomada de highdefinitionandrealtime.blogspot.com





METAFÍSICA DEL PAISAJE





Durante la noche el goteo de la memoria sobre las criptas, paisajes
apretados del cierzo, bocas entumecidas frente a los faroles del tiempo.
—Nunca falta la ebriedad de los espejos, ni las bocas ciegas
del mimbre, ni los perros amaestrados frente al ojo del incendio.

(La libertad es intransferible por más estúpido que parezca.)

Entre las libélulas una campana de mortajas. El destino penitencial del coro
griego ante los ojos que se abren a la mitología del rito irascible
de la orquesta semicircular, —plegaria e invocación hasta el hartazgo—;
del cofre de la luz, sacamos los mimetismos,
la sombra que corroe el vuelo, la ventana que no germina en la nieve.

(A menudo nos ceñimos al circo y ahí trasegamos los barcos del rocío.)

Un día, sin duda, le haremos monumento a los pañuelos.
Entre un paisaje entumecido entramos al rumor de nuestros espejos:
A esa vena rota de la hipocresía, está ahí acorde con su danza macabra.

Barataria, 16.I.2013 



viernes, 25 de enero de 2013

FALTA DE PRECISIÓN

Foto de Rumi Quotes, tomada del FB de Viky Frías Ruiz





FALTA DE PRECISIÓN





Falta precisión para enhebrar las agujas del destino; nos forjamos
en el ansia y de ahí, cercenamos los ojos hasta llegar al exterminio.

—Claro, no es nada nuevo ver caídos los paraguas de los nombres.

(Siempre la hipérbole es una pulsión de la noche: que el búho y el cuervo riñan contra la almohada, que los vitrales sean ventanas atávicas y grietas del desquicio. La cárcel es una marea de inmolaciones; cuando no hay relámpagos, son necesarios las lágrimas artificiales y un paraguas que contemple la fiebre de la muerte. Así, el quiasmo de la noche,  es sólo la tormenta cruzada de las telarañas de la muerte.)

Por desgracia, nos acostamos con todos los residuos de las catástrofes.

La única posibilidad es caminar descalzos sobre la tumba vehemente
del ápice del júbilo,
debato contra el paisaje y los minutos de saliva, ¿qué guerra pelea
el silencio con su delgada transparencia de pétalo?
No vivo cuanto de absorto me dejan las paredes, los anillos de la fábula,
la impronta de la zancada sobre las aguas.

Prefiero la querencia a las mamposterías del traspatio de la noche.

(Prefiero colmarme de los escombros de la vehemencia, a esa guerra fratricida del desatino diario en que la conciencia, imprudente, nos acorrala en ficciones y falencias.  Los símbolos nos enseñan que la caverna no siempre es un lugar de sosiego y linternas, sino un laberinto de aguas sucias.)

Barataria, 14.I.2013



jueves, 24 de enero de 2013

LITORAL ESTE

Imagen cogida de la red





LITORAL ESTE




El aire del crepúsculo sobre el litoral ceñido de tus poros. El hilo de la espuma sangrando en los muslos del agua revuelta, de aquella ráfaga audible, sigilosa en las tapicerías del sueño.

—Hoy ya conoces los cuchillos del olvido.
La sal aterradora que bebemos en noches reales. La colmena
que nos desnuda con su desbocada música de azúcar. Crepita el agua.

Sobre los caminos que andamos, la noche dispersa en la conciencia.

Ahora, sobre la orillas de las aguas,
el galope con sus propias contradicciones. El cuerpo alado de la espuma.

Barataria, 12.I.2013


miércoles, 23 de enero de 2013

ESQUIRLAS DE LA INCERTIDUMBRE

Foto de Anca Buzatu, cogida del FB de Otilia Ignat






ESQUIRLAS DE LA INCERTIDUMBRE




…obscena marcha de maniquíes somníferos,
la sombra de los astros es un zorro en su gruta.
MICHAEL LEIRIS




nada es fiable en esta aldaba oxidada del aliento cuando el cuervo de la incertidumbre ronda las esquinas del sombrero cuando el río maloliente de la cubierta de los libros está a punto de desvencijarse y el cuervo espera el momento preciso para morder la tinta derramada en las ingles nos matan —me dices con mal presagio— estas esquirlas vívidas de la escoria: ¿acaso es la muerte prematura remedo de las simetrías la que nos acecha con su sangre agonizante? ¿qué porfía nos saja la conciencia e inventa la turbiedad de las vísceras el filo transversal que tuerce el rostro del día sin ningún miramiento? —Odiamos el futuro con todas sus variante verbales mientras escupimos los relojes rancios de la limonada la lágrima obsesa en la espada sombría del desván o el taburete ¡qué manera de morir la nuestra! ¡qué destino más desolado después de leer las manos sobre los huesos quebrados del cáliz el exceso de miedos inconfesos la caverna interna que nos mantiene en sigilo sin hacer asible al menos la ceniza que escapa de las ráfagas del mapa de nuestras propias cavilaciones  tras el fondo de los absolutos sólo hay migajas del resuello en la alacena de la mortaja que nos echa de menos con sus diademas góticas: nos muerde la polilla hecha argamasa la idolatría desollada de las brasas y aquel atril desde donde alguna vez el viento y las palabras hicieron su labor de prédica si bien la oscuridad es extenuante y vulnerable el último verso del poema todo destino es un debate innecesario: aunque hayan combates incesantes siempre habrá la certidumbre del malherido con el escupitajo de los escombros el invierno descalzo de los paraguas y el trasiego del tacto en las quemaduras (con todo, somos “a solas un número insensato un pliegue en las membranas de la ausencia un relámpago sepultado en un jardín burbujas donde late la espuma de otro mundo bestias fugitivas con hocicos y bocinas arrebatados por lo indecible”…) ¿hacia qué otros  ojos nos empujan nuestros párpados los fragmentos que nos quedan de lágrimas la envoltura que nos prolonga hacia los tapiales? Ya hemos destruido las parábolas y los proverbios en el propio sofoco de la sed desollada pero nos queda todavía la yesca colgando de los dientes —en la próxima estación dejaremos de ser señuelos de la salmuera mueca y gangrena así queda escrito en las cuclillas del follaje pese al hipo del cansancio y a estos despojos indecibles mañana con nuestra propias armas habremos de traspasar las laringes cercenadas de este remedo que nos vuelve vulnerables frente al granito desasido…

Barataria, 12.I.2013


martes, 22 de enero de 2013

ALERO DE LA TERNURA

Foto de "L'écriture c'est le coeur qui éclate en silence.".
Imagen tomada del FB de Oana Paraschiv





ALERO DE LA TERNURA





En el recuerdo, la voz nunca olvida el nido de azúcar de las frutas.
La emoción acoge los olores del hambre, me pregunto si toda
la clandestinidad tiene esa fiebre blanca del arrebato, o es sólo la relectura
momentánea,
del pie metafísico de los vaivenes.
Todo juega en el pizarrón de las pupilas, ojo del pálpito
en el bolsillo de la lujuria, disparo de la hoguera dentro del vaso del sueño.
¿Quién nos hace reír cuando las gaviotas picotean la espuma?
¿Quién derrite las cerraduras de la vigilia sobre el pubis de la palabra
recurrente?
—Después del tintineo, la estación de los recuerdos.

(En la mesa servida nunca se padece de hambre. Esto lo sabemos al margen del pagaré de los lamentos, después de limpiar las herramientas y hacer una limpia en la esperma de la genética y quebrar los trastos comunes del desgano. Después ya veremos cómo le buscamos una sepultura a los epitafios.)
Barataria, 11.I.2013 


lunes, 21 de enero de 2013

CIELO ABIERTO

Foto de EBiblioPhil, tomada del FB de Biblioteca Vladesti





CIELO ABIERTO







En la boca del agua las incandescencias de las sombras a veces
como una sed en el polvo de los anhelos.
A menudo crepitan las orugas desde la  parsimonia subterránea
del pozo abierto de la historia: en las manos el incendio de los periódicos
y esta suerte de combate irremediable, fuego raso en el eco del vendaval.
En mis rodillas ni siquiera la vehemencia de las palabras:
Sino aquel grito del poema sumiso a la niebla de la intemperie.

Barataria, 10.I.2013



domingo, 20 de enero de 2013

AGLOMERACIÓN DE LA HERRUMBRE

Imagen tomada del alladodeunrio.blogspot.com





AGLOMERACIÓN DE LA HERRUMBRE




Husmea en la letra con afán patológico y abre las uñas de su conciencia: nunca duerme porque se nutre de fantasmas, —los suyos—, los que ha ido acumulando en su tozudez. Tiene la vocación para lo torvo, aglomera la herrumbre como un pupilaje de enfáticas losas. Ay, cómo ganará la luz en el anfiteatro de las sombras si su tinta es monótona como el deletreo.

Barataria, 19.I.2013



sábado, 19 de enero de 2013

ES PECISO EVOCAR

 Foto de Coco du Trocadéro, tomada del FB de Hedes Andrea







ES PECISO EVOCAR




…como el horno de la aurora…
MIGUEL ALFONSECA




es preciso evocarte aquí en los andenes y buscar el remanso filosofal del pájaro que se ondula en mis manos: está cubierto de fuegos capilares en tus muslos germina la levadura de los sueños  y esa metamorfosis del arcoíris que perseguimos al unísono: de pronto la piel arrastra toda la elocuencia del magnetismo al punto de quemar el pálpito y hacer dentro de ese océano un espeso trance de ceniza ceniza sí pero revelada en el río que nos absuelve que nos humedece el aliento con su audacia hasta crecer en la luz de la compañía en el lecho vivo donde canta la lluvia y la memoria  (después de todo ya sabemos que estas aguas profundas del delirio son así: enlazan paisajes y caminos y convierten la sangre en cristales de azúcar a borbotones pues las ramas del designio la certeza de que el esplendor del fuego nos afirma en el verso del firmamento en esos ahoras donde crece el árbol del despojo) y si el tacto de la armónica toca brasa y aire no hay noche ni tarde sino el combate de dos sombras entregadas frente al portón rojo de los girasoles no es preciso hablar de lámparas y balcones ni de angustias ni de temores cuando la libertad nos toca de pies a cabeza cuando mordemos los flecos de la lencería del viento y la levedad nos alcanza con su campana solidaria la geografía es extensa para estos ojos que se abren y se internan en el cofre o la alacena légamo entonces el paladar de la liturgia y el litoral de la tinta en la escritura entre las alas y el sueño las estrellas del trópico entre el manglar las arenillas en los cartuchos del aliento los juegos concedidos a las persianas alrededor de las calles erizadas del tacto en las primeras aguas recuerdo a la liebre que salta sobre lo inaudito: la flecha desmesurada en la copa de los puntos cardinales en el aletazo de la incandescencia que abre el cerrojo del instante bien sé que caminamos contra el horizonte y que el presente es huidizo bien sé que caminamos sobre territorios fosilizados  y que no podemos competir contra la New York Stock Exchange ni con el Fondo Monetario Internacional ni con el Banco Mundial ni podemos litigar en las Cortes Internacionales me salva eso sí el muelle de tus pezones el sombrero de Primavera de tu ombligo la rama indomable del abrigo de poeta: ha vuelto el río sobre su cauce: ah Lenin Lenin  Pavlov cuánta razón tenían en defender la Teoría del conocimiento y dilucidar el problema objetivo-subjetivo sobre el filo de los sueños te asomas entonces convencionalmente caníbal sin neutralismos a las aguas fragorosas del orégano  hálame hacia tu cuerpo húmeda y ebria…

Barataria, 03.12.2012



viernes, 18 de enero de 2013

LA OTRA MEJILLA



Imagen tomada del FB de Verg Florea-Fil







LA OTRA MEJILLA





Me ha tocado, a menudo,  poner las dos mejillas,  ¿pongo ahora la del vecino? Allá en el país de Alicia, ¿también hay Purgatorio? El hacha sólo es inverosímil frente al moho. En el fondo, hasta los escarabajos libran grandes batallas, lo he visto ante los excesos de oscuridad.
Barataria, 18.I.2012

jueves, 17 de enero de 2013

PÁJAROS

Imagen tomada de FB de Ludmila Paciulia 




PÁJAROS




En las rendijas del aire, el pájaro descalzo mientras nace el otro andar
áureo del sueño: el pájaro en las manos del azar es otro poema.
El poema es la brújula que le da sentido a las palabras: soledades
que iluminan al pez del fuego,
la verdad nos hace olvidar el tiempo,
—es sencillo, la ebriedad también es una suerte de fantasía…

Barataria, 15.I.2012



miércoles, 16 de enero de 2013

DIVAGACIÓN A CONTRALUZ

Fotografía de Javier Chueca Cía,
tomada del blog  naturalezaurbanafotos.com





DIVAGACIÓN A CONTRALUZ




Alrededor de las palabras se tejen diversas realidades, ciertamente:
—en el fluir de todo lo posible, el día adelgaza la luz,
Ah, delicia, la tinta trasegada en las esquinas del hervor primero del cierzo.

Barataria, 14.I.2012



martes, 15 de enero de 2013

MEMORIA

Foto de A Room With A View, tomada del FB de Mirela Ciortan.





MEMORIA




…el viento
haciendo sonar el arpa de las rocas.
ANTONIO COLINAS




¿de cuánto nos sirve el frutero colgado del ciempiés del tabanco? ¿acaso la memoria es la página anochecida la puerta corrediza del polvo la palabra ensombrecida desde el río de los paraguas del disparo de la saliva sobre las arterias? (de cuánto la memoria guarda no tengo idea) recuerdo —claro está— los días invitados a la sartén el hangar ciego que confluye en mis ojos el labio de la piedra sobre el pez del trópico el níspero con su fermento de metal oscuro el silabario desnudo del marisco sobre el reloj del pubis sobre la calma los próximos meses de sangre el elogio al horizonte retroactivo el campo de concentración en aquel callejón mágico del calendario en los días de cuaresma (la memoria también guarda y pesca) debajo del tejado las costaneras como sombras múltiples del diálogo con el tiempo: hacia mi isla la centella del fósforo cárdeno los ojos superpuestos de las sombras y esos crisantemos azules del agua en el equilibrio equidistante del césped —¿habré de recuperar el relincho de la espuma —desde los ahoras del viento— los ayeres sin la brevedad callada del escarabajo entre los dedos el filoso mar de los andenes? Sé que los bueyes de las sombras lamen del mismo modo los sueños del polvo y el relámpago el perfume arrodillado de la nostalgia los pañuelos pulsátiles del entrecejo —¿veré arder Troya en los meses recuperados? entre los barcos y mis pálpitos el ahogo ancestral de la sangre el haz de leña sobre mi tabanco la piladera solar de los latidos: quizás los mismos crepúsculos y sus voces el refrán mientras escribo en la cuajatinta el sexo en los pespuntes de la leyenda sólo apta para mayores quizás sude de nuevo los mismos estertores a menos que cambie de camisa la hipnosis el fervor del azúcar al momento de endulzar el café negro en la taza que crece como hidrocefalia la memoria de los ojos no tiene límites de sonidos ni carencia de pinceles al mediodía ni otras lápidas que los sellos postales para darle relevancia a la historicidad de los ijares —tarde o temprano— es necesario lavar la ropa sucia en la batea de granito: eso pienso cuando cojo la linterna de las fotografías acumuladas en la tinta del templo mayor de la conciencia ¿puedo caminar y a la vez conservar el equilibrio del al borde del pozo que hala mis extremidades? ¿la oralidad sin que esté próximo un carnicero? ¿borrar los apuntes de las telarañas sin que hagan cosquillas en la próxima estación del cuaderno? en la noche los grifos del designio sí el teléfono celular y su mensajería atroz los íconos del silbido con asteriscos  y la luna cíclope de la noche en una esquina de mi propia demencia —la mía en concreto— las acotaciones y estridencias: más de algún sueño prestado colgando de la cáscara del guarumo o del perro que mira el abismo desde su propia sombra en blanco y negro…
Barataria, 12.I.2013