domingo, 12 de agosto de 2012

DE CABO A RABO

Imagen tomada de la red




DE CABO A RABO




En no sé qué esquina, finalmente,
se reventaron los lazos del combate.

La respiración del mordisco fue leve como la opacidad del caníbal.

Toda vida también tiene derrotas:
las he tenido a montones, aún ladeándome de cabo a rabo,
entre cárcel y despojos, entre compañías y soledades.

En la horma de los zapatos,
encontré sólo relojes moribundos,
y los pómulos saltados de la ranciedad;
la tarima está dispuesta, al cabo, vendrán actores y actores
porque cada día tiene carniceros y fanáticos.

Al final de la función,
devolveremos los cuchillos con puchitos de palabras
para los taxidermistas,
Dios sabe sacar el puño enguantado
sin que alguien apele a las comprobaciones del habeas corpus.
En la Academia de la lengua,
a diferencia de otras academias o areópagos,
no hay hot dogs
ni hamburguesas ni vitrinas con carrosas.

(Mientras estiro mis brazos en plena madrugada,
vulnerado por el insomnio,
caen las hojas amarillas del calendario
mientras los profetas
echan al ras del suelo los sobrantes de las mesas.
En mi opinión, los intereses políticos van de un lado a otro
como en un rin.)

Al gasto público de los párpados,
se suman las trompetas de los aspirantes a caballeros,
afeitados y sin magullones, para validar los compromisos seculares.

Barataria, 12.VIII.2012

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