miércoles, 14 de diciembre de 2011

TIBBLE FORK


Fotografía de André Cruchaga





TIBBLE FORK




Nos muerde este cielo falso sobre el granito, el venado, la zorra, o a la ardilla. Arde la saliva dentro del tiesto del aliento, muerde la pupila gris en el bolsillo de la hoja del calendario que se adentra en el riachuelo de las venas. A menudo toda altura se convierte en desvarío; luego inventamos artificios como trepar al paracaídas de la neblina, masticar los guantes o los calcetines, la cama que se ansía, al natural, ausente de hornilla y fósforos. Horizonte y nieve se unen en ese tránsito leve de la vida: encajes blancos se tienden sobre las ramas, a veces como una luz olvidada en el rostro; es hermoso este gris que nos mira desde el ojo del tiempo, desde este trasfondo donde se esconden las estrellas: se hunden en lo liviano las palabras profundas, esta otra manera de llover desde el subconsciente de los pergaminos que el alma avienta en nevada. (Supongo que es gozo esta luz ciega que emerge, que dilata sin tregua las aceras. En el sostén de la carne se enraiza esta nostalgia de mañanas, vos que inmóvil te estremeces en la nada y te morís ensimismada en el olvido.)

Salt Lake City, Utah, 13-12-2011

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