miércoles, 19 de octubre de 2011

MOMENTO DE DECISIONES


Debo fregar las ventanas del murmullo para alzar otros tantos
monumentos a la soledad,
pues hay que vivir de nuevo insaciablemente en medio de la ceniza,
celebrar las pluralidades detrás de las cortinas,
la juerga de papel celofán del Siglo XXI,...
Imagen Snowbird, Utah





MOMENTO DE DECISIONES




Ojos mudos lo ven
labios ciegos intentan precisar tanta deriva…
IDA VITALE




Hemos recorrido la sangre y la memoria, la locura es la única
caja de cristal que nos salva de tantos barrotes oscuros,
de otro modo, tendríamos que pagar el precio de la cordura,
al tanto por ciento del raciocinio,
junto a los demonios que golpearon día a día la sábana,
que fue el agua sobre los cuerpos tendidos por el júbilo.
Sea este tiempo de cicatrices mortales para tomar decisiones:
lavar el guacal de morro de las jornadas parlamentarias
de nuestra comarca que se han vuelto patas de gallina ciega,
en medio de la llovizna de humo del Tercer Mundo.

Debo fregar las ventanas del murmullo para alzar otros tantos
monumentos a la soledad,
pues hay que vivir de nuevo insaciablemente en medio de la ceniza,
celebrar las pluralidades detrás de las cortinas,
la juerga de papel celofán del Siglo XXI,
las monedas desvanecidas que nunca llegan al bolsillo,
pero sirven para jugar al ajedrez de las intrigas, al doble juego
de los sistemas políticos y a sus acólitos alambres retorcidos.

(He vuelto a la luz, después de convivir junto a un repertorio de sombras
nefastas, después de susurrar en la paradoja del filo,
a la respiración casi automática del pulso,
casi a la deriva como tantas infancias en las calles de insoportable
escuela, cerca del bagatela de dudosa cosecha,
próximo al cabeceo de la noche en la garganta, turbias gárgaras
heredadas por la lengua.)

Ya he llegado al punto de la fusión de ala y viento: sólo me asombra
la honda luz en la memoria, las palabras trabajadas por mis manos,
el trabajo sin pavor de las puertas,
aquellos peces que bracean sin fronteras definidas,
el aura como una semilla en la foja del cuaderno, la humana montaña
del semen en el libro del trino que el destello hace evidente.
Frente al rostro, la decisión final que ahora la intuición entrevera:
caminar desde la intimidad hacia la transparencia,
suturar la herida de los cuatro costados del crepúsculo,
sin olvidar que en los parques y calles existen hecatombes
y que los dientes dictan alaridos de cadáveres; sobre todo, cuando
el destino está lleno de contradicciones.

En algunos casos, todavía hoy es ayer: aguas de trasnochada rima,
ausencias anunciadas por guijarros, piedras abiertas como soles,
misteriosas ramas de niebla en el paisaje:
vos, yo, al punto de no ser, para ser todo sin malignidad alguna.
En medio del emporio de las bisuterías, nos quitamos el espejismo
para morder la carne de la lejanía…

Barataria, octubre de 2011

2 comentarios:

Mercedes Ridocci dijo...

Te leeré lento.
Me gusta mucho tu poética.

Un saludo
Mercedes

André Cruchaga dijo...

gracias,Mercedes, por tu visita. Aqui esta este Cielo a caballo para cabalgar a traves del alfabeto. Un honor para mi.

Un abrazo grande,

ANDRE CRUCHAGA