viernes, 28 de noviembre de 2008

Memoria de dos_André Cruchaga

Joan Miró, España







___________________Memoria de dos




Todo es sábanas en mi memoria: espacio del último insomnio en la noche.
La almohada reconstruye cada cabello del deseo. —Esta es sin duda
La historia más real de nuestros sueños, la boca de la ansiedad en medio
De la noche esparciendo el zumo en muelles clandestinos sobre dos cuerpos
Deshechos en la humedad de sus torrentes. —No hay azar en el sudor
Del propio ritual, sino poros estremecidos que encienden la sonrisa,
Jadeos de armoniosas guitarras en torno a los pétalos del respiro:
—La savia se hace luz en el dominio de la ternura, la avidez ciñe el pecho:
Nos acuna el césped memorable de lo inefable, los labios sonoros
De las palabras en los dominios del mar con sus lienzos perdurables.
Todo en la memoria se contagia, sin envejecer, de tu germinal ventana:
—Sólo si me faltas la noche es posible; pero si no, la cama, la habitación,
Las sábanas, se llenan de luz…
Y el mar se justifica
Y el silencio duerme
La desnudez abre la alfarería de la inminencia,
La sonaja del pubis dignifica mi boca,
El mundo del litoral inunda los vacíos.
La ternura abre sus ojos húmedos:
—Ahí la razón se pierde en el delirio.

Los dos hicimos casa con el aliento. Los dos respiramos hasta romper
Paredes. Los dos combatimos hasta derribar fronteras; en la desnudez
Abrimos la música de las estrellas: descendimos hasta los desvanes
Lacustres del cierzo y ahí, nos desvivimos en cada luciérnaga de los poros.
Claro que el tiempo ya no es el mismo;
Y sin embargo estás de regreso abriendo las ventanas…
Aquel cuerpo tuyo de tormenta me invade.
La espesura de tus ráfagas vuelve diáfanas mis sienes,
Mi esperanza la llenas con el pecho de tu espejo:
—La memoria íntima gotea en su propia fantasía. Esa que profunda
Se presenta en marejada de fósforos y vuelve inagotable el pulso
De la sangre. En el río de rememorarte, el umbral dibuja tus destellos.
El torrente parpadea, ese será siempre nuestro destino recurrente.

Nuestras sienes se reclinan en el aire. La luz se empina en las verjas.
Toda tú lluvia auroral en mis sentidos. Toda tú goteando en el escalofrío
Audaz del deseo; en la intemperie de la madera respiras con las banderas
Del paisaje y el vértigo de las nubes ardiendo en la conciencia.
Toda tú hecha evidencia en la música: —repetida música entre
“la desnudez del sueño” y la fosforescencia agónica de dos espectros.
Todo es en ambos una historia complementaria que el milagro
De la memoria hace posible: sin reservas antes, cándida como
La humedad de la ternura. Todo es en ambos una respiración irrepetible:
—Ahora desde luego, los espejos carecen de paisajes
Y el tiempo no unge de fragancias los párpados ni la transparencia;
Por eso estamos en permanente fuga y haciendo conjeturas
Que a la postre convierten en polilla los armarios…

Barataria, 25.XI.2008

viernes, 21 de noviembre de 2008

Nostalgia-André Cruchaga

Joan Miró, España




_____________________Nostalgia




Y allí quedé esperando. Me despertaba con la aurora, si es que había dormido. Y creía que ya había llegado, yo, ella, ... Salía el Sol y el día caía como una condena sobre mí.
MARÍA ZAMBRANO




Vives y mueres en mí en este trajinar de todos los días. Paciencia
Ha habido; no la paz necesaria para sobrellevar este calvario y leer
Durante las noches tu mirada transfigurada en los cristales.
—en el espejo levitan bocetos de tu cabellera negra y la ambigüedad
De los colores. La emoción salta como un mar sordo, las pipas del aliento
Invaden el abanico de las pupilas tras sus líquidas campanas.
Me urge la luz en esta cueva donde me has metido: no veo el planisferio
Ni gano tiempo, sino cada vez una lluvia glacial donde la ceniza
Se extiende como un cubrecama. Aquí, sólo el ruido roto de los pájaros.
—Balcones con rancias enredaderas, palabras cansadas en los ojos;
Oscuras bocas mordiendo calendarios de estiércol. Llueves en este morir
Día a día. Pero qué importa ya si la distancia y sus conciertos azarosos,
Nos envuelve sin reconocernos en ataúdes de fiel silencio.

Yo imaginé siempre una vida a tu lado: Fuego y agua cerrando los círculos
De la fosforescencia. Imaginé la vida con tu piel fresca sobre mis pupilas,
Imaginé la piedad de tus manos en el claustro de mi memoria,
Imaginé que existías como un beso sin paraguas,
Imaginé formas de andar los ojos en el arco iris,
Imaginé caminos para escribir un poema en tu piel,
Imaginé mañanas de guitarras en las ventanas,
Imaginé poros verdes en mi tacto,
Imaginé noches con frutas y puertos,
Imaginé persianas abriéndose con las palabras,
Imaginé caballos izando tropeles,
Imaginé fogatas elevando su vuelo,
Imaginé los jazmines de tu piel devolviéndome la vida,
Imaginé surcos para incendiar mi lengua de semillas,
Imaginé torres de dulzura en tu vértigo,
Imaginé brújulas sobre el río del fuego,
Imaginé tu amoroso aliento en mi carne fugitiva,
Imaginé desvelos que no se convirtieran en páramo,
Imaginé vientos que nos ayudaran en la travesía,
Imaginé un gran mundo para nuestra condición humana: y sin embargo,
Tenemos un final que rompe con toda armonía. —bajo la hojarasca de los pinos
Chirría la brisa de noviembre. Ladra la noche en su cueva ciega; no reconozco
La tormenta sepia que rasga mis sienes, ni las cortinas muertas de mi pecho.
Ya el día me aprieta con el azabache de sus horas: —Es día o noche el escalpelo
Que corta el horizonte con un filo de olvido.
Es día o noche el miedo a los fantasmas,
Es día o noche la dolencia de las tormentas,
Es día o noche el nudo del escombro,
Es día o noche la ceniza que dejó de ser esperanza en la madera,
Es día o noche la balanza sin nutrirse de equidad,
Es día o noche el eco viviente del dolor,
Es día o noche la unidad que jamás germinó en nuestras manos,
Es día o noche la anónima paz que no dormimos,
Es día o noche la verdad desangrada en nuestras bocas,
Es día o noche la angustia que siempre nos persiguió,
Es día o noche el jardín del que apenas hablamos,
Es día o noche la noche con murciélagos en las paredes,
Es día o noche la intemperie que siempre nos abrigó con jinetes desbocados.

Tal vez nunca lo sepa. Tal vez nunca lo sepamos, porque vivimos entre tantas
Grietas y alambradas que nos fue difícil todo sosiego. Y porque nos volvimos
Muertos vivientes frente al trajín del presente. Tal vez nunca lo sepa. Tal vez
Nunca lo sepamos: —uno y otro entre telarañas de alfileres.
Uno y otro ahogados en el vuelo,
Uno y otro meditando sin retorno atrás de las ventanas,
Uno y otro igual que el desvelo masticando recuerdos,
Uno y otro respirando en su fe última…
Barataria, 17.XI.2008
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jueves, 20 de noviembre de 2008

Existencia de la luz

André Cruchaga, El Salvador





_________________Existencia de la luz




Existes luz y estás aquí mordiendo hasta el último centavo de mis huesos.
Cruje la lengua tibia de las mejillas; el vacío —mundo abriéndose al cuerpo.
Relámpagos de sal sobre las sienes; deliran los dientes en la humedad
Del frío; —queman los jardines con su grito de arco iris; —arde la lengua
En su delantal empapado de polen; —callan los pájaros cuando
Reinventan el vuelo y la cotidianeidad se vuelve un río sin valor absoluto.
Un día la flauta de los sueños se hizo luz: —y aunque ciego, la piedra
Tocó el suspiro y pasó la noche sobre mis zapatos,
Y me quedé en tierra sabiendo de los barcos y sabiendo de los muelles
Y sabiendo de los puertos. —Ahora al mirar dibujo la luz de las ventanas:
Dibujo mis trenes dispersos en el aliento; lamo esa palabra vivir
Como una rama de trementina respirando en mis cabellos. Toco la luz
De ayer y la de hoy: —la luz pende de mis ojos frente al bosque. Respiro.

La luz entre las piedras se hizo pedernal. La llama en los ojos, pájaro.
—la piel, ese abecedario del alma que refleja el tránsito de uno, de otros,
De todos los que prendieron el ocote para conocer los olores rojos
De las frondas. O el magma del índigo en el cielo. O el amarillo descolorido
De las breñas. O la verdad seducida de toda desnudez bajo sábanas oscuras.
—La luz está aquí con su delirio transparente. Crujen las cacerolas
Del que sueña. En el pensamiento la claridad ríe junto al aceite que derrite
Los demonios. Ríe mientras existe el parpadear de las cebollas.
Alumbra por los cuatro costados del silabario. Crece en la noche censurando
Tanta oscuridad. Lame las uñas de los búhos. Bebe la voz dura de los muros.

Frente al espejo arde con sus pies detenidos. La sombra la desvela
Para tornarla manantial: —así queda inscrita en el pecho y en los ojos
Que la devoran plenamente. Esta luz no cesa jugando con sus dientes,
Aún en aquellos sitios donde la lluvia entra por las ventanas y la herrumbre
Lame la cara con su lengua de bruma.
A menudo el semen ciega las pupilas cuando busca un cuerpo;
Entre las manos queda el labio que repta
Sobre el camino del filo —callan las dunas en su armario: aquí nací
Pasando por el ojo de la luna, torturando mis sienes con peces de lluvia.
Ahora mis ojos prefieren la risa de las ardillas
Y el molino que convierte el grano en espectro;
En los árboles amanece el poema, el artificio del destino y una que otra
Rata insomne. El cielo de la luz persigue lo humano:
No el de los albañales que deshacen las páginas del día,
Sino el cielo de las palabras en el conjuro de la boca. El cielo de todos los días
Cuyo bosque burbujea en el aliento.
La luz se hizo así como una cuchara para trasegar o hacer bebible el polvo
Del destino; —ella dibuja cuerpos y, en sus brazos,
Una inmensa ola de colibríes ascendiendo a la novena onda del viento.
Cerca de mí el ángel de la vida a mi costado: —hostia del principio
haciéndose figura y misterio…
Barataria, 20.XI.2008
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André Cruchaga: Nació en Chalatenango (El Salvador), en 1957. Tiene una licenciatura en Ciencias de la Educación. Además de profesor de humanidades, ha desempeñado la función de docente en Educación Básica y Superior. Parte de su obra poética ha sido traducida al francés por Danièlle Trottier y Valèrie St-Germain. Estas últimas, los libros: “El fuego atrás de la ventana”/Le feu derrière la fenêtre (inédito) y “Viajar de la ceniza”. La poetisa Miren Eukene Lizeaga, por su parte, lo ha hecho con el libro “Oscuridad sin fecha” al Idioma vasco (Euskera); y poemas sueltos, al holandés por Michel Krott. Jurado de Poesía de la XVI Bienal Literaria "José Antonio Ramos Sucre", Venezuela, junio de 2007. Buena parte de su obra se encuentra publicada en diferentes revistas electrónicas y en papel de Argentina, Chile, España, Grecia, Estados Unidos, Canadá, Colombia, México, Perú, Italia, Holanda. Ha participado en diferentes eventos literarios en su país, así también ha recibido por su obra literaria varias distinciones. Entre sus libros editados podemos mencionar además: “Alegoría de la palabra” (1992), “Visión de la muerte” (1994), “Enigma del tiempo” (1996); “Roja vigilia” (1997) “Rumor de pájaros” (2002), “Oscuridad sin fecha” (2006); “Pie en tierra” (2007), “Caminos cerrados” (México, 2008), entre otros.

jueves, 13 de noviembre de 2008

Afonía de la noche-André Cruchaga

Joan Miró






_______________________Afonía de la noche




El hombre usa sus antiguos desastres como espejo.
ROQUE DALTON



Antiguas noches se refractan en espejos de nublados ríos.
Antiguos días socavan la transparencia del azúcar, noches
Enteras en el emporio de las calles, atisbando relámpagos;
En el fondo, es la misma sal corroyendo las pupilas sobre
Viejos muelles donde graznan las pupilas inciertas gaviotas
Y albatros. La noche perdió sus vocales pausadas, sus élitros;
Nos queda la escarcha de los calendarios en la comisura
De los labios. Nos queda, en las sienes, el promontorio
De publicidad con sus depresivas vallas de consumo; nos queda
El chantaje y el soborno como esos tumores sin posible cirugía
Para sanar la vida pública y el alma del Estado que, en su agonía,
Se ha tornado un laberinto de gatos y una celda de heladas
Identidades, donde el amor apenas si se ve, apenas si se atisba
A través de puertas secretas y rumor de madera quebradiza.

Desfila por doquier un cementerio de periódicos al servicio
Del insomnio. Las ventanas reprimidas de la alegría; los peligros
De la trivialidad merodean como la tempestad agresiva
De la ceniza; el paisaje con su saña está hecho para el olvido…
En la noche caduca el paladar con ventiscas de amargor;
Nuestro diario vivir incesante en estas latitudes no deja de ser
Un fragmento de viajes, una constante avalancha de caras
Cercenadas sobre la misma lengua del ansia…

Nada nos da una contrafigura que abata la niebla;
En el fondo es la misma hendidura esparcida, la misma amenaza,
La borrosa boca del invierno respirando cosas al vacío.
Con el esqueleto extenuado de la aurora, haciendo estallar
La hojarasca, nos muerde a carcajadas la cartulina del horizonte,
Las bragas desgastadas del desatino, las verduras podridas
De los mercados, la porfiada bruma de un crepúsculo sin rostro,
La camisa de fuerza, agria, de las cloacas donde sepultan
El zorzal de una posible primavera, de un posible cambio de rieles.
Pero nada hace suponer que tengamos nuevos trenes en las manos,
Ni ventanas de sedientos aires, ni frazadas de armónicos patios,
Sino llovizna de arrugadas mejillas, docenas de tropezones
Galopantes, sorbiendo el dolor torrencial de los minutos.
La humanidad entera lleva cicatrices sudadas e indelebles,
Años de sudar el vaho de los semáforos con su stop desordenado.
La noche gotea su joroba lacerante, desgreñado paraguas,
Donde apenas se respira su propio espejo. Su propia luz menguante.
Nada hace suponer cambios en los horcones que sobreviven
A este tiempo de bullicioso paisaje, alrededor del cual se han
Acumulado desvaríos y erráticos pronósticos…
Nada parece tan cierto como la noche cuando se invoca el sueño.
Nada es más cierto, supongo, que la realidad desbocada
Para construir un nuevo alfabeto…
Barataria, 25.IV.2008.

jueves, 6 de noviembre de 2008

Tiempo y ser [Otras Décimas]_André Cruchaga

Joan Miró








___________________________Otras Décimas
VII

Todo sabe a sombras y a ciprés.
Mi alma de tierra, en tierra vela
Su liviano polvo de canela.
Y es que las sombras otra vez
Se ciernen con lamento y preñez
En mi vida como acontecer
De un tiempo que no permite ver
En la inmensidad de la ventura
Al ser con su propia vestidura.
Por eso uno sueña el parecer…

VIII

Al tiempo que me entumece pido
Que me deje sólo la ventana:
Esa que siendo vitral emana
El sentir del verbo redimido
O el áureo karma restituido.
Nada más deseo de este gozo:
Ya no ese mísero y fiero pozo,
Que al espíritu lleva en ancas,
Quiero sin más, melodías blancas
Con sensorial trino de rebozo.



IX

El destino no es lo que parece.
Cada quien en su vivir lo afina
Para su gloria o para su ruina.
En el caminar se nos ofrece
Lo que vive y también perece.
Por eso, es vital crecer fuertes:
Fijar la mirada no en inertes
Sueños, sino en la ávida gracia
Para destituir toda falacia
Y así procurar mejores suertes.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Tiempo y ser [VI Décima]-André Cruchaga

Joan Miró





___________________________VI Décima



VI

¿Qué vida tengo? En mi desvelo
Busco a ciegas la postrera hora;
No es que mi ser esté en la deshora
Sino que, siendo realista velo,
Esa demencia donde el anhelo
Me hace caminar en desatino
Hasta arder la vela de mi sino.
De pronto, ahí recobro el misterio:
En el calendario me relevo,
Aunque la noche sea mi desvelo.